Publicado Blog ALDE 30/05/2014
http://blogaldeaglobal.com/2014/05/30/como-podemos-explicarlo/
¿Cómo puede aparecer de improvisto un nuevo contendiente diferenciado de la competencia en un mercado dominado por un duopolio?
Cualquier estudiante de economía avispado podría relacionar esta cuestión con tres referencias fundamentales: Hotelling (1929), Coase (1937) y Schumpter (1934).
Supongamos que dos organizaciones suministran al mercado un producto indiferenciado, como agua mineral (en la versión del paper)
o helados (en la versión libro de texto). Según Hotelling, el
equilibrio se alcanza mediante una distribución geográfica del mercado
desde el centro. Es más, ninguno de los dos tiene incentivos para
diferenciarse, ni en productos ni en ubicación. Hotelling reparó en la
inercia en las preferencias personales. Pocos son los consumidores que
cambian de marca ante pequeñas variaciones en las características de las
commodities. Los hábitos, las preferencias personales así como posibles costes de cambio hacen que la mayor parte de nosotros cambiamos poco de compañía telefónica… o de voto.
Parece ahora evidente que lo que la prensa llama bipartidismo es para
los economistas un caso clásico de duopolio encerrado en el bucle de
Hotelling, como ya se apuntaba hace algún tiempo aquí. Hotelling nos ayuda a entender también otros fenómenos curiosos, como por qué ninguna universidad española se encuentra entre las 200 mejores del mundo. Parafraseando al el matemático y economista americano, estamos ante una situación que produce
programas progresistas para votantes de izquierdas y programas
conservadores para votantes de derechas, pero todos los programas se
parecen demasiado. La frase con la que el matemático y economista americano acaba su seminal paper lo dice casi todo: “cider is too homogenous”!
El voto en España sigue el patrón de Hotelling.El siguiente gráfico
muestra como PP y PSOE han llevado su carrito de helados al centro y se
han repartido su mercado entre norte y sur:
Ante esta situación idílica y estable, ¿cómo pueden aparecer terceros
en discordia? Más allá de los fallos en el razonamiento de Hotelling (d’Aspremont, et al., 1979), la respuesta más sencilla la encontramos en el artículo “The Nature of the Firm” de Coase en 1937.
Las organizaciones incurren unos costes de gestión internos a medida
que crecen, por lo que presentan unos rendimientos decrecientes en su
función de emprendimiento. Los mastodontes incrementan la propensión a cometer errores por parte de sus dirigentes. Por estas razones, no pueden crecen indefinidamente y aparecen otros competidores.
¿Y por qué nadie lo vio venir? Schumpter (1934)
aseguraba que de las organizaciones establecidas no surgen las
innovaciones disruptivas. Son precisamente los nuevos actores los que
cambian las reglas del juego. De la estructura, los estatutos y la inercia pueden surgir pequeñas variaciones de productos o discursos, pero rara vez un cambio de programa.
Puede que la irrupción de partidos como Podemos en España, Syriza en
Grecia o el movimiento cinco estrellas en Italia obedezca también a
otros factores- que nos deberán explicar sociólogos o historiadores.
Pero para un economista, lo realmente sorprendente es que nos sigan
sorprendiendo fenómenos que conocemos bien desde hace casi un siglo.
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