13 jun 2012

La confusión de Las Vegas Sands

La confusión de Las Vegas Sands

 
JORDI PANIAGUA (*). 13/06/2012 "Uno de los principales argumentos en favor de Valencia hace seis años era su estabilidad institucional y seguridad jurídica... Ahora parece que nuestro principal atractivo son precisamente el medio millón de parados..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/56492/la-confusion-de-las-vegas-sands.html
VALENCIA. En el año 2009 tuve la oportunidad de conocer a la directora del Instituto de Promoción del Comercio y de la Inversión de Macao (IPIM). Me explicó cómo para favorecer el desarrollo de su economía, las autoridades chinas flexibilizaron el régimen comunista en Macao, favoreciendo el juego y la entrada de capital extranjero.
Macao se había convertido en la segunda excepción dando lugar a "un país, tres sistemas": el comunista, el capitalista y el corporativo. Macao se rige por unas normas distintas a las del resto de China y se permiten licencias impensables en la China continental o incluso en la vecina Hong Kong. Hasta el extremo de ser amenaza contra los derechos humanos, tal como denuncia Amnistía Internacional.
Uno de los símbolos de Macao es el 'The Venetian Macao', el mayor casino del planeta, propiedad de Las Vegas Sands (LVS). Es un gran parque temático del juego que imita con aire veneciano en China.
LSV es la empresa impulsora del proyecto Eurovegas, que parece renueva su interés por Valencia. Digo renueva ya que hace más de seis años, en mayo de 2006, tuve la oportunidad de conocer al director de expansión de la empresa Las Vegas Sands. Se celebraba en Valencia el World Forum for Direct Investment, un encuentro internacional para analizar y discutir sobre la inversión extranjera. El ejecutivo de la multinacional del juego americana fue uno de los ponentes invitados.
Tras una prospección inicial por parte de LVS, se puso de manifiesto el potencial de Valencia para albergar un complejo similar al de Macao. Teníamos (y seguimos teniendo) las infraestructuras, clima y público potencial para rentabilizar una gran inversión como la que proponía el magnate Sheldon Adelson. El sistema jurídico español (con su legislación laboral incluida) les daba una garantía que protegía su inversión de vaivenes típicos de otras latitudes. (Incluso las agencias de inversión de Nevada y EE UU destacan este hecho para venderse). Uno de los principales argumentos en favor de Valencia hace seis años era la estabilidad institucional y seguridad jurídica.
Ahora parece que nuestro principal atractivo son precisamente los cinco millones de parados de España y el medio millón de la Comunitat. LVS es consciente de su posición de fuerza (6.000 empleos) e intenta obtener un rédito. Sin embargo, adaptar las normas a exigencias particulares puede ser doblemente perjudicial. Nada impide a una empresa foránea gestionar un casino frente a la playa. Otros, con la legislación vigente ya lo han hecho y corren el riesgo de ser expulsados del sector si desvirtúa la competencia (véase caso Ciudad de la Luz).
Segundo, adaptar ad hoc la legislación para Eurovegas nos restaría credibilidad como destino inversor a largo plazo. Al cambiar las reglas del juego a mitad de la partida se lanza un mensaje confuso y desesperado al mercado: Nos acercamos más a Macao y nos alejamos de Europa.
Aunque seguramente la multinacional americana tenga su propia dosis de confusión con respecto a Valencia. Es difícil de argumentar que se quiere alentar la inversión extranjera en la Comunitat cuando IKEA no encuentra ningún hueco desde hace años. También debe de resultar complicado explicar la liquidación de la agencia de atracción de inversiones que les invitó a conocer Valencia por primera vez.
_________________________________________________________________
Jordi Paniagua es ingeniero de Telecomunicaciones y doctor en Economía,  profesor de la Universidad Católica de Valencia.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario