28 mar 2011

No es inversión extranjera todo lo que reluce

http://www.valenciaplaza.com/ver/22597/No-es-inversi%C3%B3n-extranjera-todo-lo-que-reluce.html

No es inversión extranjera todo lo que reluce

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 28/03/2011

VALENCIA. Leo con agradable sorpresa que la inversión extranjera directa (IED) en España aumentó un 41,5 % en 2010, hasta alcanzar los 23.415 millones de euros, según de los datos "analizados" por Invest in Spain, del Ministerio de Industria.

Un aumento de la IED tan espectacular en el último año parece una de las pocas noticias positivas en lo económico. Las políticas económicas encaminadas a atraer inversión a España estarían dando sus frutos. Incluso el titular de la noticia publicada en este medio sorprende: "Desconfían de España, pero invierten en ella". El Sr. Ministro ya tiene argumentos para ir de gira por EEUU.

Estos magníficos datos nos harían incluso replantarnos los fundamentos teóricos de la IED: en España la IED ha dejado de depender cíclicamente del PIB (que anda por los suelos). Se ha encontrado una fórmula magistral para aumentar la inversión extranjera y con ello la confianza de los inversores hasta cuotas desconocidas. Pobre Jan Tinberger, primer premio Nobel de Economía en 1969, al ver que su ecuación de gravedad del comercio internacional ha encontrado una excepción ibérica. Ya desafiamos los elementos una vez en la historia, ahora retamos incluso a Newton.

En España, la IED no sólo ha aumentado un 41,5%, sino un 174,24%, según la Subdirección General de Inversiones Exteriores. Pero ese espectacular aumento se debe exclusivamente a inversiones no productivas, provenientes de Empresas Tenedoras de Valores Extranjeros (ETVE). Las inversiones productivas, las que crean riqueza y empleo, han descendido un 4,99% en 2010.

Se puede observar, efectivamente una "fuerte recuperación de la IED", pero en cambio las pobres estadísticas torturadas perdieron en el camino "todo su rigor". Lo positivo es que no habrá que reescribir todos los manuales de economía internacional, con una pequeña matización en la nota de prensa habría sido suficiente.

Los esquimales tienen más de treinta palabras intraducibles para decir nieve. Los valencianos, otras tantas para la naranja. Y los economistas, unas diez para decir inversión. Todas significan renunciar a un beneficio inmediato por una ganancia futura. Llamamos inversión tanto a comprar unos terrenos, construir una fábrica, contratar a 400 personas y construir coches, como a adquirir acciones de Ford en Wall Street o a consolidar en España las cuentas de filiales extranjeras por los beneficios fiscales del holding. Como diría Orwell unas son más inversiones que otras, ya que no todas tienen el mismo efecto sobre la economía local.

¿Y Valencia? Sería motivo de otra reflexión el descenso de un 72% de IED productiva en la Comunitat en el año 2010. La Comunitat estaría fuera de los puestos de la Champions, pero se clasificaría para la UEFA, en una sexta posición.
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Jordi Paniagua Soriano es profesor de Econometría en la Facultad de Estudios de la Empresa de la UCV

4 comentarios

Joaquin escribió
30/03/2011 09:38

Que sorpresa! Manupulación de datos a cargo de los organismos publicos! Como dice la cancion; depende del cristal con el que miras, todo es horrible o terriblemente bello.

Alejandro escribió
29/03/2011 17:54

Muy interesante! Gracias.

Natalia Villora escribió
29/03/2011 07:16

Un artículo con argumentos excepcionalmente claros y sobre todo bien explicado para profanos. Enhorabuena

salvador perez moreno escribió
28/03/2011 15:11

¿A qué puede deberse este brutal descenso en nuestra comunidad? ¿Hay alguna solución? ¿tienen nuestros politicos algo de culpa?

21 mar 2011

La economía débil, según Marx

http://www.valenciaplaza.com/ver/21845/La-econom%C3%ADa-d%C3%A9bil--seg%C3%BAn-Marx.html

La economía débil, según Marx

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 21/03/2011

VALENCIA. El recurso a los pensadores clásicos viene siendo habitual para dar explicación a los fenómenos económicos en los que vivimos inmersos. Jugamos además con ventaja, ya que ellos no pueden defenderse ante tergiversaciones. Ocultos tras las citas, se defienden posturas que los propios citados nunca hubieran defendido. Sin embargo, como economista débil, se está en la obligación de buscar explicaciones que difieran de los fuertes dogmas económicos. Convendría, por tanto, revisitar las ideas expuestas por nuestros antepasados y arrastrarlas al momento actual. Incluso rescatar a personajes que han caído en el olvido y que nunca han sido tomados en consideración por la seria ortodoxia. Por ejemplo, la versión debilitada del materialismo dialéctico, el pensamiento marxiano, ecléctico y débil donde los haya, permite arrojar luz sobre cuestiones de ahora y de siempre.

Marx resume su "filosofía Marxiana" en el quinto capítulo de su obra Memorias de un amante sarnoso, que es un poco más entretenida y posiblemente encierra más verdades que El Capital, de autor homónimo. Expone sus ideas sobre las necesidades, la economía, el talento y la suerte. Se podrían resumir sus reflexiones económicas en tres axiomas fundamentales: 1. Una economía más personal y menos endeudada. 2. Flexibilidad y espíritu auto-crítico. 3. ¡Ojo con los socios!

Axioma 1: "Surgiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cimas de la miseria".
Ya en 1963, escribía con total actualidad: "La palabra economía, por ejemplo, carece actualmente de un significado íntimo y hogareño. El Wall Street Journal afirma que todo el país está viviendo abocado a un precipicio de deudas; el gobierno está entrampado hasta las orejas y lo mismo sucede con los ciudadanos".

Marx nos invita a recuperar el sentido más personal y casi espiritual de la economía, cuando ésta aun significaba administrar eficientemente: "La limpieza es una virtud que sigue a la santidad, pero, en mi concepto, la economía debería precederla". Además, nos hace reflexionar sobre cuestiones como la ilusión monetaria y el endeudamiento. No es que ahora seamos más pobres, es que nunca fuimos ricos: "(...) los pobres viven como si fueran ricos" (Marx, 1963).

Sin embargo, en "Groucho y yo", Marx se decanta por un pensamiento más monetarista cuando afirma que "para aquellos que nunca lo han tenido, no encuentro palabras para describirles lo magnífico, tranquilizador y reconfortante que es el dinero". Con ello se introduce el segundo axioma:

Axioma 2: "Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros".
Aquí Marx nos propone ser más flexibles y críticos con nosotros mismos. ¿Son válidos los principios por los que nos hemos regido hasta ahora? Permanecer anclados sin cuestionarnos nuestras propias ideas cuando la realidad cambia a cada momento no parece una buena solución. El tercer axioma es más conocido:

Axioma 3: "Jamás aceptaría pertenecer a un club que me admitiera como socio".
Marx nos hace sospechar de las invitaciones envenenadas. Pertenecer a un club nos da ventajas, pero también obligaciones y se desprenden unas consecuencias de ello. En el club del euro, la política monetaria del BCE ha venido a suavizar los ciclos del timonel alemán, pero no la de los PIGS. Ante una imposible devaluación, sólo nos queda ser estructuralmente más competitivos para poder vender en el exterior más barato. Mejor ni preguntar por otros clubs en los que nos admitieron (OTAN, G-20).

El humor nos puede acercar a un mayor conocimiento disruptivo, pero para ello necesitamos unas estructuras de pensamiento un tanto diferentes. Ante dificultades graves, riámonos pero con seriedad, ya que "reírse de todo es de estúpidos, no reírse de nada es de tontos". Al igual que el humor, la economía (débil) "es posiblemente una palabra; la uso constantemente y estoy loco por ella. Algún día averiguaré su significado".
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(*) Jordi Paniagua Soriano es profesor de Econometría en la Facultad de Estudios de la Empresa de la UCV

2 comentarios

apsabater@gmail.com escribió
22/03/2011 15:04

Con sus comentarios deja claro que usted nacio a una edad muy temprana...

Emb escribió
22/03/2011 08:38

Siempre es divertido e interesante rememorar a Groucho!

10 mar 2011

Llengua, marketing i economia

http://www.valenciaplaza.com/ver/21384/Llengua--marketing-i-economia.html

Llengua, marketing i economia

JORDI PANIAGUA (*). 10/03/2011 "El pensament envers del valencià és massa "fort": sol fer-se des d'una perspectiva filològica passional, unilateral en dos direccions. Apliquem un pensament dèbil: la nostra llengua és un recurs al nostre abast, ¿què ens pot aportar més enllà de la comunicació i la poesia..."


VALÈNCIA. Igual que l'economia dèbil busca respostes fora de l´àmbit econòmic, altres disciplines s'enriquirien amb l´anàlisi econòmic dèbil. Les respostes de l´economia dèbil només poden ser febles. No busquem resultats fàcils ni conclusions fortes sobre temes complexos.

El pensament envers del valencià és massa "fort": sol fer-se des d'una perspectiva filològica passional, unilateral en dos direccions. Apliquem un pensament dèbil: la nostra llengua és un recurs al nostre abast, ¿què ens pot aportar més enllà de la comunicació i la poesia?

La teoria econòmica ha estudiat les llengües com una barrera d'entrada i protecció de qui la parla o acredita el seu coneixement, per exemple a unes oposicions. També com una ferramenta per tal de delimitar un mercat. Si escric un article en valencià, estic acotant el mercat lector. Podria haver-lo escrit en castellà i m'hauria entès més gent. Amb l'anglès, hauria arribat a més públic, i ja no parlem del xinès. Però estes reflexions volen arribar primer al públic valenciano-parlant.

Les llengües, i en especial les minoritàries, també són una eina per aconseguir una certa intimitat econòmica. Pensem en les ordres encriptades en llengua Sioux als submarins americans a la segona guerra mundial. En negociacions a l'estranger, una empresa valenciana té l'avantatge de la privacitat al poder comentar la jugada sense ser entesos per l'altra part. Una multinacional podria fer servir la llengua com a forma d'identificació amb la terra d´acollida. En este sentit, la llengua pot servir també per eliminar certs costos d'aprenentatge, tan del treballador com de l'entorn local per part de l´empresa.

Quant a la delimitació del mercat, s'utilitza també el màrqueting. Una empresa que vol focalitzar la venda dels seus productes i diferenciar-se de la competència pot utilitzar la llengua com a eina per aconseguir-ho. Funciona d'igual manera per als partits polítics a la recerca de vots. A ningú se li ocorreria entrar al negoci de la xufla en l'horta o presentar-se per alcalde a la Ribera o la Marina sense dominar, un poquet almenys, el valencià.

Però la llengua no només defineix el mercat, també el crea. Hi ha tota una economia al voltant de la llengua. Tots els recursos, públics o privats, destinats al aprenentatge, difusió i utilització del valencià conformen un espai econòmic en si. Els llibres, la música, el teatre, la televisió, no creixen per generació espontània, hi ha empreses i gent treballant al darrere.

La llengua és poesia, filologia i política, però també economia i empresa. Perdre-la significaria ser més pobres, en totes les seues accepcions. I ja que la tenim, busquem fórmules per traure-hi el màxim rendiment. Com a mostra, el Ministeri d'Indústria, Turisme i Comerç (i no el de Cultura) té en marxa un programa d'atracció d'inversions basat en la llengua castellana com a recurs econòmic. L'Alguer, i sobretot Malta, obtenen bona part dels seus recursos gràcies al turisme lingüístic. Estes idees, i altres, contribuirien a assossegar el debat. I a fer caixa: tota pedra fa paret.
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Jordi Paniagua Soriano es professor d'Econometria a la Facultat d'Estudis de la Empresa, UCV.

1 mar 2011

No es crisis: es el nuevo status quo

http://www.valenciaplaza.com/ver/20836/No-es-crisis-es-el-nuevo-status-quo.html

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 01/03/2011

VALENCIA. La crisis ya ha terminado. Si por crisis entendemos la ortodoxia económica de una recesión del PIB durante dos periodos consecutivos, ya no estamos en crisis. Dejemos de hablar tanto de la crisis y pongámonos a trabajar. Mi hermano me dice que en los tres meses que lleva viviendo en Holanda no ha oído la palabra crisis. Puede ser también que no domine aun lo suficiente esa rara mezcla de alemán e inglés, que hierve como una patata en la boca. ¿Cuánto tiempo más vamos a estar hablando de la crisis? Como aportación personal, me he propuesto no escribir más sobre la crisis, a menos que sea por trabajo.

El transcurrir del tiempo no es muy caprichoso, se mueve siempre hacia adelante. Parece que los felices 90 no volverán y nos encontramos frente a un escenario que se antoja más permanente que una crisis o depresión pasajera. En Japón, tras 20 años, ya nadie habla de crisis: el estado natural de su economía es de crecimiento bajo o nulo. En España puede estar sucediendo lo mismo. En nuestro país el mercado se ha corregido vía volumen y no precios. En una economía sin apenas rigideces, las fricciones económicas se resuelven vía precios. Si hay un parón económico, las empresas ajustan sus costes y bajan los precios para intentar vender más.

En una economía rígida, con unos salarios vinculados al IPC y salarios mínimos (e incluso hay propuestas de imponer salarios máximos), el ajuste no se produce vía precios. Una vez que la empresa ha ajustado sus costes (como en USA), si no puede bajar los precios para vender más, cerrará. Si somos inflexibles en cuanto a los precios, el mercado expulsa a las empresas menos eficientes y poco flexibles. Trabajan menos empresas, compran menos clientes, pero a los mismo precios. O incluso a precios mayores si aumentan por causas exógenas como el alza del precio del crudo o de las materias primas.

Los mecanismos económicos han reaccionado a las variables que presenta nuestra economía. El ajuste en costes y la rigidez en los precios nos han dejado a muchos frente a la cola del paro. Por ello, la cuestión no es totalmente económica, también es social. Si se quiere atacar el problema de raíz, exploremos nuevas vías. Y dejemos de hablar de crisis, porque no estamos frente a una situación temporal ni transitoria. Esta mal llamada crisis es nuestro nuevo statu quo. No vamos a salir de ninguna crisis: ya la dejamos atrás hace algún tiempo y lo que tenemos son las vergüenzas de nuestra economía al desnudo, como en la película de Mankiewicz 'Eva al desnudo' (All about Eve).

¿Cómo vestirla? Aunque habrá quien la prefiera al natural. Sabemos que solemos crear empleo por encima del 3% de crecimiento. ¿Qué sucede si no volvemos a crecer a esa tasa? La ciencia económica puede proporcionar remedios paliativos: austeridad, gasto, control de la inflación. Si aceptamos que las medidas económicas del pasado no van a solucionar del todo un problema que tiene sus raíces en un paradigma social, no busquemos tan solo soluciones monetarias.

Utilicemos, ante nuevas situaciones, nuevos conceptos. La economía débil, en línea con el pensamiento débil de Gianni Vattimo, es una nueva manera de abordar los problemas económicos. Frente a una lógica económica férrea y unívoca, se han de cursar otras interpretaciones. Ante un problema no sólo económico, sino social, busquemos un enfoque ecléctico y multidisciplinar: ¡Que inventen otros! La economía débil encuentra su fuerza fuera de sí misma, nutriéndose de las aportaciones de sociólogos, pero también de los filósofos, psicólogos o teólogos. El resto de las ciencias sociales debería tener algo que aportar a la economía, incluso algo interesante.

La economía débil, cuando tropieza con nuevos términos y problemas, busca remedios fuera del ámbito económico. Las medidas puramente económicas se vienen mostrando insuficientes para abordar conflictos que escapan de lo estrictamente económico. Las cuestiones a las que nos enfrentamos todos, como sociedad, ya no se resuelven inundando los mercados con dinero. Nos encontramos en cierta medida mudos ante esa nueva imposición de "trasmitir confianza a los mercados".

La economía débil se replantearía esta cuestión bajo otro prisma. Por ejemplo, ¿se trasmite más confianza a los mercados exclusivamente a través de balances monetarios o siendo individualmente más puntuales? El desplazamiento laboral es un concepto económico que necesitaría de nuevas aportaciones. ¿Es rentable económicamente la inversión en 'alta velocidad española' si seguimos llegamos tarde a nuestras citas? En Alemania los trenes no van tan rápido y la gente llega puntual a las reuniones.

Además, existen otros métodos y tecnologías de interacción social más eficientes, como las videoconferencias. El resto del mundo se mueve a la velocidad imparable de Facebook y Twitter, incluso algunos buenos periódicos prescinden del papel. ¿Preferimos la vía estrecha a la banda ancha? ¿No estaremos confundiendo la velocidad con el tocino?
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(*) Jordi Paniagua Soriano es profesor de Econometría en la Facultad de Estudios de la Empresa de la UCV

11 comentarios

JPG escribió
03/03/2011 18:56

El contenido de este comentario es bastante diferente, en mi opinión, al publicado en la primera ocasión. Con este estoy completamente de acuerdo y lo vamos a comporbar en relación con el paro en España en los proximos trimestres. Pero la pobreza es otra cosa. Y las definiciones de las líneas nacionales de pobreza, que en España utiliza Caritas para martirizarnos cada año, tienen poca relevancia excepto para la articulación de políticas sociales dentro de cada país. Por otra lado, ni estoy extremadamente ofendido ni me gusta la gresca. Pero si me gusta la seriedad y que no se confunda el culo con las témporas.

JPS escribió
03/03/2011 14:36

Un cambio de mentalidad es lo que hace falta, pero me temo que todo esto quedara en bonitos discursos, en grandes propistos y pocos hechos. La paralisis por el analisis. Estoy cansado de la Lerdocracia.

Emb escribió
03/03/2011 10:10

Ruego me disculpe: no le entiendo y su enlace me aparece como "roto". En cualquier caso, queda claro que mi comentario inicial era excesivamente general y en vista de sus exclamaciones, le pido perdon por ello. Debe estar extremadamente ofendido y lo lamento. Ahora bien, eso no quita que el comentario tuviera sentido. Insisto (intentare ser mas especifico): que haya crecimiento economico global ,medido en terminos de PIB, no lleva aparejado una reduccion (igual al crecimiento) del indice de pobreza ni del numero de pobres ( y menos aun alla donde la pobreza es mas extrema y donde, por tanto, antes deberia paliarse). Le puse el ejemplo de EEUU (del mas "rico") para que pudiera ver que no solo habia mas pobres, sino que el indice de pobreza no era reflejo del crecimiento de ese pais (otra vez, medido en terminos de PIB) del pais durante esos años. Nos vemos en el proximo articulo. Me da que le gusta la gresca! Saludos.

JPG escribió
02/03/2011 16:22

¡¡Ya salió el oráculo Wikipedia, mal citado por cierto, al margen de que Emb no hablaba en su comentario de EEUU sino en general!!. Pues a) el poverty line al que se refiere son 11.136 $ para un individuo y 45.095$ para una familia de 9 miembros (datos pra 2.010). Traduzcasse a € y valorese si eso es pobreza en la percepción de la mayoría de los ciudadanos. b) como se señala en el falso oráculo que cita la definición se refiere a las personas que carecen de lo que socialmente es considerado básico por la sociedad que algo completamente relativo c) en el mismo oráculo hay un precioso cuadro que muestra que teniendo en cuenta el aumento de población, el % entre 1959 y 2009 se ha reducido casi a a mitad: de +- 22,5% a 14,3%. Toda a información en http://www.census.gov/hhes/www/poverty/index.html.

Emb escribió
02/03/2011 14:35

A JPG: Datos de pobreza en EEUU, de 1959 a 2009. Podras comprobar que hay mas pobres hoy que entonces, en EEUU. Esta comprobado dos veces, por si acaso. En ambas ocasiones el numero indica lo mismo. http://en.wikipedia.org/wiki/File:US_poverty_rate_timeline.gif Saludos.

cgl escribió
02/03/2011 07:22

"A menudo veo muertos", (dixit, niño de El sexto sentido).

Andreu escribió
01/03/2011 16:42

Interesante teoría. No estamos en crisis, es que somos esto. Pero, ¿qué papel queda a los actuales bancos y cajas en una mayor reactivación económica y crecimiento dado su nulo papel ahora en la oferta crediticia a las empresas? La respuesta puede ser un arranque para una segunda parte del artículo.

JPG escribió
01/03/2011 16:01

¿De qué indice de pobreza habla el comentarista Emb?. Me parece que debería mirarlo dos veces antes de escribr semejante majadería, quizá la mayor que he leído en Valenciaplaza.com desde su inicio. Por otro lado, tanto el autor como el comentarista González Triviño podrían enviar sus descubrimeientos, aunque los asirios ya lo sabían, a una universidad de prestigio para que los hagan Honoris Causa. Claro que seguramente ambos serán de la opinión que están vendidas al oro de Moscù.

Carlos González Triviño escribió
01/03/2011 09:59

Yo también creo que la crisis como elemento de interpretación coyuntural ha perdido su sentido y que nos encontramos ante un escenario totalmente nuevo que exige un reajuste de los conceptos y del enfoque disciplinar mediante el que los conceptos se producen. Explicativamente deberíamos haber abandonado ya esta posición por improductiva y por ingenua. Es como observar el paisaje resultante de una glaciación desde la lógica de su posible restablecimiento. Hay que pensar extra- y meta- económicamente. Estoy de acuerdo.

01/03/2011 09:47

Ya lo decía Rorty: "Abandonad el racionalismo ilustrado"

Emb escribió
01/03/2011 09:19

Mi opinión es que toda crisis económica debe ser vista desde su vertiente social. Qué sentido tiene que haya habido crecimiento de la economía global durante los últimos 50 años (medido en términos de PIB) si el índice de pobreza no solo no ha decrecido, sino que se ha incrementado. Estamos disparando con una escopeta de feria... ¿Quién sera el feriante que truca la mirilla?