20 dic 2011

La banca gana a la lotería

La banca gana a la lotería

http://www.valenciaplaza.com/ver/44903/la-banca-gana-a-la-loteria.html

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 20/12/2011 "A la banca le ha tocado un premio gordo del 5% y ha dejado de trabajar. Con un décimo de 4 millones de euros es complicado vivir de rentas. En cambio con un beneficio de 9.328 millones de euros en los nueve primeros meses del año, resulta un poco más fácil..."

VALENCIA. Dentro de unos días alguien será desgraciado con un premio millonario. Tras la alegría repetida frente a la administración de lotería, el pobre infortunado ganador se enfrenta a un trabajo agotador. Tomar decisiones nuevas, ir al banco, informarse de las distintas opciones de ahorro, inversión o gasto, y dirimir sobre si conviene dejar de trabajar o vivir de rentas. Reconozco que hablo desde la ignorancia, ya que como decía Groucho, quien no ha tenido nunca dinero no sabe lo reconfortante y placentero que es.

Son decisiones que pueden quedar en nada, ya que muchos pierden lo ganado al cabo de los años. Al más puro estilo municipal, se comprometen gastos variopintos sin tener en cuenta sus derivas a largo plazo. ¿Se acuerdan del plan E o del plan Confianza? Además el reparto a amigos, familiares y conocidos ha sido objeto de numerosas rupturas matrimoniales y disputa judiciales. En definitiva, un marrón: arduas tareas que suelen no servir para nada, como define el Brown Handbook.

La lotería es una forma más de enriquecerse sin hacer nada. Por ejemplo, se puede comprar algo para luego venderlo más caro. No se aporta más valor que el riesgo asumido por la expectativa al alza en los precios. Ha sido práctica habitual comprar tulipanes (siglo XVII), acciones (1929), empresas puntocom (2000) o pisos (2007) para venderlos al poco tiempo después por más del doble.

La banca está siguiendo este esquema: compra dinero barato y poco después lo revende más caro. Con el doble agravante de que el vendedor y comprador son la misma persona: el Estado. El banco obtiene dinero al 1% del BCE y luego financia a españoles o italianos casi al 6%.

A la banca le ha tocado un premio gordo del 5% y ha dejado de trabajar. Con un décimo de 4 millones de euros es complicado vivir de rentas. En cambio con un beneficio de 9.328 millones de euros en los nueve primeros meses del año, resulta un poco más fácil.

¿Para qué atarearse en dar créditos, hipotecas y préstamos? Mientras la banca siga ganando esta particular lotería, seguirá la sequía del crédito privado y la angustia de la financiación pública. Al menos el día 22 algunos se llevarán una alegría, otros recaudarán un poco más en impuestos y lo demás seguiremos con nuestra vida con un quebradero de cabeza menos.
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Jordi Paniagua Soriano es ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la Universidad Católica de Valencia

1 comentario

Jaime Tatay Nieto escribió
20/12/2011 10:58

A la lista de las cosas que se han comprado para luego venderlas más caras se debería añadir materias primas y alimentos (2011). La peculiaridad de esta burbuja es que deja millones de personas sin comer.


29 nov 2011

De qué hablo cuando hablo de economía (y ciclismo)

De qué hablo cuando hablo de economía (y ciclismo)

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 29/11/2011 "Contrariamente a lo que se pudiera pesar, se corre con la cabeza y no con las piernas. Tim Krabbé, ciclista y ajedrecista holandés, en su libro 'El ciclista', sostiene que en comparación con el ciclismo, el ajedrez es un juego de niños..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/43510/de-que-hablo-cuando-hablo-de-economia-y-ciclismo.html


VALENCIA. El escritor japonés Haruki Murakami opina que la claves para poder escribir decentemente son el talento, la capacidad concentración y la constancia. Por tanto, el oficio de novelista "se parece más al trabajo físico" que al trabajo intelectual. Concluye Murakami que todo lo que sabe acerca de escribir lo ha averiguado corriendo todas las mañanas.

Contrariamente a lo que se pudiera pesar, se corre con la cabeza y no con las piernas. Tim Krabbé, ciclista y ajedrecista holandés, en su libro 'El ciclista', sostiene que en comparación con el ciclismo, el ajedrez es un juego de niños, ya que en el tablero las piezas se mueven cuando uno quiere. Lo mismo es cierto al comparar el ciclismo con la economía.

Por ejemplo, encima de la bici se repite constantemente un patrón a pequeña y a gran escala: dar pedales individualmente y dar relevos en grupo. Si soy generoso no tendré fuerzas para el final, pero si soy rácano acabaran por neutralizarme. Esta es la dualidad de la economía fractal. Los gobiernos, preocupados por cómo pagar sus deudas, emiten y se compran bonos entre ellos. Si se pasan, ejercen una tensión al alza sobre sus propios intereses. Si se quedan cortos, no tienen efectivo para saldar los vencimientos. Resulta que tenemos aquellos oscuros especulares de los mercados metidos en casa.

La competición bicicleta combina la dosis justa de trabajo en equipo y esfuerzo individual. Este símil ciclista está presente en el pensamiento (y economía) débil de Gianni Vattimo: apoyarse en los demás siendo consciente de inevitable soledad individual. No se puede ganar carreras sin una buena escuadra. Pero en el momento clave, cuando la incertidumbre te agarrota las piernas y te oprime el pecho, estás solo.

Este hecho es extrapolable a situaciones empresariales. Los nervios justo de atacar en la subida a un puerto son muy parecidos a los que sufre un candidato en una entrevista de trabajo, como tuve ocasión de comprobar hace poco. Como la carta que envié a los estimados señores y señoras suecos les hizo gracia, me invitaron a conocerlos. A la típica pregunta, ¿qué destacarías de ti mismo? contesté sin dudarlo que ser ciclista, ya que todo lo -poco- que sé de economía lo he aprendido dando pedales cada día.

Rindiendo un tributo a las preguntas para el usuario, con las que podemos volver a deleitarnos en el diario Levante, me aventuro con una 'moraleja para el usuario': Con la bici se puede tanto ir a Sueca como a Suecia, tan sólo hay pedalear un poco más (veremos si la 31ª crónica de esta serie sobre economía débil viene firmada desde Escandinavia...).
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Jordi Paniagua Soriano es ingeniero de telecomunicaciones y economista,
profesor de la Universidad Católica de Valencia

1 comentario

Gero escribió
29/11/2011 09:48

Se escribe en solitario, en bici puedes elegir, en solitario o con/contra otros. Esa diferencia es fundamental, porque los otros ciclistas no buscan llegar antes que tu, lo que quieren es que no llegues y cargar en sus alforjas los restos de tu energía. Los cabezazos están prohibidos en el tour, pero desde los 80 la relajación de legisladores y supervisores permite el cabezazo financiero. Mucha suerte, que le den el trabajo y luego, usted decida. Ese es el nudo: la propia decisión, ciclismo, escritura...

17 nov 2011

Economía fractal

Economía fractal

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 17/11/2011 "Ante otra situación excepcional, como es la fractura de las arcas públicas, hay ciertos indicios de la vuelta a la moneda fractal. Alzira anuncia que creará una moneda propia para pagar subvenciones..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/42692/economia-fractal.html

VALENCIA. Un fractal es una estructura matemática que se repite a cualquier escala. A pesar de definirse con un sencillo algoritmo recursivo, la estructura resultante es demasiado compleja e irregular para poder describirse bajo la geometría euclídea. La forma de un fractal es autosimilar: al ampliar o reducir su tamaño, aparece siempre la misma figura. El matemático polaco Mandelbrot acuñó el término fractal en 1975, derivándolo del latín fractus: fracturado o quebrado.

Los fractales naturales aparecen de forma espontánea, como los copos de nieve, las hojas de un helecho y las nubes. También creaciones humanas como el sistema de carreteras siguen una estructura fractal. Más allá de la su curiosa belleza, tienen aplicación en diversos ámbitos, como la biología y la meteorología. En telecomunicaciones, por ejemplo, el diseño de antenas fractales ha supuesto un gran avance en la reducción de su tamaño. La economía se podría asemejar a un fractal, tanto es su acepción matemática, ya que es autosimiliar, como lingüística, ya que está quebrada.

La zona euro está compuesta por 17 países que tienen como moneda oficial el euro. Ampliando más el zoom, España está dividida en 17 autonomías, que a su vez están formadas por diputaciones, que se subdividen en comarcas y en última instancia en ayuntamientos. Reduciendo el zoom, encontramos el G-8, el G-20 y la ONU. En todas las categorías encontramos una estructura organizativa recursiva relativamente simple y espontánea: copia la anterior. No obstante, la economía global resultante es tremendamente compleja.

Sin embargo, el euro escapa a esta lógica fractal. El dinero es monolítico, lo imprimen en Frankfurt y se presta capilarmente al resto de los países hasta llegar a las manos del público. Sin llegar a ser un Estado, ya que no tiene medios coercitivos, el BCE tiene el monopolio del dinero. De otra manera, sería difícil asignar un valor fehaciente a un trozo de papel tintado.

Tan solo en casos excepcionales, como durante la guerra civil española, hubo que recurrir al fractal monetario. Entonces cada ayuntamiento imprimía legalmente billetes de curso legal. Ante otra situación excepcional, como es la fractura de las arcas públicas, hay ciertos indicios de la vuelta a la moneda fractal. Alzira anuncia que creará una moneda propia para pagar subvenciones (lo podrían llamar alzieuro). Los abogados del turno de oficio piden al Consell que les paguen, aunque sea con bonos patrióticos. Aunque resulta tentador por su sencillez utilizar este peculiar trueque para pagar deudas a corto plazo, el resultado a largo plazo sería tremendamente complejo e irregular, como un fractal.

Otro ejemplo fractal es el caso de negocios piramidales como Rumasa y el Forum filatélico. Aplicaron un algoritmo recursivo sencillo (emitían participaciones y sellos para pagar los intereses prometidos a deudores pasados) y sus responsables acabaron en la cárcel acusados de estafa. En cambio, cuando la administración utiliza el mismo sistema recursivo, ya sea creando (inventando, en algunos casos) dinero o emitiendo bonos, es perfectamente legal. Incluso constituye la base de la financiación de muchos países. En esta economía fractal, el Estado detenta también el monopolio del fraude.
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Jordi Paniagua Soriano es ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la Universidad Católica de Valencia

2 comentarios
JOAQUIN escribió
17/11/2011 14:01

Sr. Paniagua, es usted fractalmente muy didactico.

Gerónimo escribió
17/11/2011 11:25

Los fractales, la serie fibonacci... los números aureos definen nuestra existencia como humanos de maneras más profundas que las que nos imaginamos, y los podemos encontrar en los lugares más insospechados de nuestra conducta(formación de precio en bolsa, por ejemplo). Muy interesante. Añadir que vivir en democracia es como permitir el monopolio del fraude y de la violencia por parte del estado, por hacerlo breve. Sus artículos son fuente de inspiración.


8 nov 2011

¿Crisis prolongada? Solidaridad reforzada

¿Crisis prolongada? Solidaridad reforzada

http://www.valenciaplaza.com/ver/41874/crisis-prolongada-solidaridad-reforzada.html

JORDI PANIAGUA SORIANO (*).
08/11/2011 "El exjesuita Chris Lowney en su libro 'El liderazgo al estilo de los Jesuitas' sostiene que el éxito de las grandes multinacionales se basa en aplicar los mismos principios organizativos que inspiraron a San Ignacio de Loyola: autoconocimiento, creatividad, amor y heroísmo..."

VALENCIA. Las empresas sufren un ciclo vital: nacen, se desarrollan y eventualmente desaparecen. Pocas empresas, excepto raras excepciones japonesas, sobreviven más de 100 años, y no digamos 500. Por ejemplo, ninguna de las empresas que empezaron a cotizar en la bolsa de Nueva York en el año 1792 lo ha seguido haciendo hasta hoy ininterrumpidamente.

Las empresas más antiguas del mundo son generalmente del sector de la hostelería y restauración, como el hotel Nisiyama Onsen Keiunkan, fundado en el año 705. En España, las empresas más antiguas son del sector vinícola, como Codorniu (fundada en el año 1551), Osborne (en 1772) y Torres (en 1800). Todas ellas siguen gozando de buena salud a pesar de su avanzada edad. Sin embargo, la compañía española con más experiencia es de otra naturaleza.

La Compañía de Jesús, popularmente conocida como "los Jesuitas", es una orden religiosa con una estructura organizativa similar a la de una multinacional. La Compañía, fundada en 1540, fue diseñada y gestionada como una empresa internacional con una misión muy particular, una empresa que ha conseguido sobrevivir casi medio milenio, a pesar de numerosas crisis y múltiples expulsiones.

En cierto sentido puede ser considerada como la precursora de las corporaciones internacionales, como argumenta el exjesuita Chris Lowney en su libro 'El liderazgo al estilo de los Jesuitas'. Sostiene que el éxito de las grandes multinacionales se basa en aplicar los mismos principios organizativos que inspiraron a San Ignacio de Loyola: autoconocimiento, creatividad, amor y heroísmo. Lowney, tras dejar la Compañía, trabajó en el banco de inversión JP Morgan, que viene repartiendo dividendos desde el año 1834.

Partiendo del hecho de que la experiencia la dan los años, podríamos aprender algo sobre la clave de la prolongada existencia de los jesuitas. Por ejemplo, ¿se ha aplicado al plan de rescate a Grecia alguno de los cuatro principios jesuísticos? La respuesta es trivial: se ha diseñado un plan sin ingenio alguno, titubeante y voluntario. No se han querido reconocer las propias limitaciones financieras y se ha despreciado a los habitantes de Grecia, tachándolos de vagos y maleantes, desde un principio. Queriendo rescatar y salvar a Grecia, se nos olvidó un pequeño detalle importante: los griegos (y las griegas).

De paso, los inventores de la democracia nos han dado una lección al someter el rescate a referéndum popular: los países, las empresas o las compañías no son entes abstractos, en ellos viven y trabajan personas. La demostración lógica, por reducción al absurdo, es que sin gente dejaríamos de tener problemas económicos e incluso sociales.

Se desprende del silogismo griego que ante una crisis prolongada, no se ha de respaldar solo a los bancos, gobiernos y empresas. La solidaridad con las personas ha de salir reforzada, como reza el título del último informe presentado por la Compañía más longeva de España : "Crisis prolongada, solidaridad Reforzada"

Se puede confiar en planes de rescate y misiones de salvamiento económico, pero su éxito dependerá en gran medida del propio esfuerzo y compromiso individual. Como nos recuerda Lowney, "Todos somos líderes (...) todo el tiempo, a menudo en pequeñas cosas y de manera inconsciente".
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Jordi Paniagua Soriano es ingeniero de Telecomunicaciones y
economista, profesor de la Universidad Católica de Valencia


3 comentarios

Mª José García escribió
09/11/2011 14:26

Jordi, estoy al 100% con tu propuesta! La falta de valores eslo que nos ha llevado a todo esto.

09/11/2011 08:54

Alejandro: con "despotismo ilustrado" o en nombre de los trabajadores o en nombre de la igualdad siempre se finaliza utilizando el dinero del pueblo o de los ciudadanos para alimentar las ambiciones de un grupo determinado.Es la "mayoria silenciosa" la que paga los platos rotos y la solidaridad solo existe entre los que menos tienen en riqueza y son rico en sensibilidad Atte Alejandro Pillado Valencia 2011

Alejandro escribió
08/11/2011 18:48

Lamentablemente vuelve el Despotismo "Ilustrado" todo para el pueblo, pero sin el pueblo y con el dinero del pueblo....


25 oct 2011

El nudo sisifiano de la exportación

El nudo sisifiano de la exportación

http://www.valenciaplaza.com/ver/41031/el-nudo-sisifiano-de-la-exportacion.html

JORDI PANIAGUA SORIANO (*).
25/10/2011 "La internacionalización de la economía podría, con la magnitud adecuada, aflojar el nudo. Últimamente se viene escuchando el mantra 'trabajar más por menos', cuando lo eficiente sería 'trabajar fuera por más'..."

VALENCIA. ¿Pasa la recuperación económica por la exportación? Con la demanda interna deprimida y la Administración pública con la caja vacía deambulando por la senda de la austeridad, la exportación parece una vía viable para atajar el déficit y retomar el crecimiento económico.

El problema de déficit fiscal es en parte cíclico. Lo que ingresa en impuestos depende del momento económico y el gasto es una función, en gran medida, de la población. Dado que la población cambia lentamente, si caen súbitamente los ingresos se produce un desajuste negativo.

Puede concurrir también un desajuste estructural. Es difícil mantener un sistema social nórdico con una fiscalidad mediterránea y una productividad latina. Nuestra presión fiscal está muy por debajo de los países más avanzados en materia social y no por casualidad, ya que la productividad se encuentra bastante por debajo.

Para solventarlo, puedo gastar menos, ingresar más, pedir dinero prestado o imprimir más dinero. Como no hay meriendas gratis, estas alternativas tienen un coste. Si gasto mucho menos, la economía puede llegar a deprimirse más. Ingresar más por la vía de los impuestos es arriesgado, ya que puedo ahogar a familias y empresas.

Pedir dinero prestado tiene el inconveniente de que más tarde o temprano lo tendré que devolver (o no) con unos intereses. Si pudiéramos crear dinero, subirían los precios y nos volveríamos más pobres. Los intentos por empujar la roca fiscal acaban rodando hacia abajo. Como un nudo que se aprieta cada vez más al intentar soltarlo, un nudo sisifiano.

Alternativamente, podría intentar traer dinero fresco de fuera, es decir vender en el extranjero. Para ello, las empresas tendrían que espabilarse más, al menos tanto como las foráneas. Una mayor exposición a mercados más competitivos hace que avancemos en productividad y, de paso, en ingresos. La internacionalización de la economía podría, con la magnitud adecuada, aflojar el nudo. Últimamente, se viene escuchando el mantra 'trabajar más por menos', cuando lo eficiente sería 'trabajar fuera por más'.

Sin embargo, el nudo es tan denso que parece tener gravedad propia. Las exportaciones disminuyen con la distancia, por lo que la mayoría se concentran en países vecinos como Francia y Alemania. Con la actual política de tipos del BCE, respondiendo al mandato fundacional del control de la inflación, las perspectivas a corto plazo es que ambos países mantengan una inflación baja, por debajo del 2%.

Si apostamos por ser mínimamente competitivos en nuestro mercado exterior, nos veríamos obligados a mantener una inflación negativa. Una deflación que reduciría aún más la demanda y las arcas del Estado, volviendo a la casilla de salida. La exportación es una condición necesaria para la reactivación económica, pero no suficiente para deshacer un nudo sisifiano. Pero al menos no apretaría tanto.
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Jordi Paniagua Soriano, ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la Universidad Católica de Valencia


4 comentarios

CARLOS FEBRER escribió
26/10/2011 13:07

CIERTO!!

AlbertoB escribió
26/10/2011 09:43

En España se trabaja por y para España. Poca exportación, pocas empresas que realmente piensen a lo grande para salir a vender fuera y que venga dinero al país, que es la única manera de realmente enriquecerlo. Además, la productividad es mala, eso lleva a peores sueldos, y a su vez desgana, y menos productividad. La gente no se siente parte de la empresa, y les da igual el futuro de esta mientras cobran a fin de mes. Nosotros hemos recurrido a workmeter, un programa que mide la productividad de los que trabajamos con ordenador (la mayoría en mi empresa), y es increíble la de horas perdidas por diversas causas, y es extrapolable a las demás. Al menos hemos detectado porqué, y estamos solucionándolo.

Alejandro escribió
25/10/2011 11:24

Pero si la gente se va a trabajar fuera no solucionamos el problema. Hay que conseguir que las empresas de fuera inviertan aquí y nos hagan más productivos.

JOAQUIN escribió
25/10/2011 10:43

Muy bien definido: sistema social nórdico con una fiscalidad mediterránea y una productividad latina.


19 oct 2011

¿Cómo combatir el incesante aumento del paro en España y reducirlo?

¿Cómo combatir el incesante aumento del paro en España y reducirlo?

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 19/10/2011 "He intentado otra vez hacer lo correcto y no quedarme quieto y llegar hasta el estadio del 'pluridesempleo'. Para el pluridesempleado la casilla de profesión se queda corta: estudiante, investigador, doctorando, voluntario, ciclista, articulista, profesor asociado, profesor particular y tutor..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/40749/como-combatir-el-incesante-aumento-del-paro-en-espa%C3%B1a-y-reducirlo.html

VALENCIA. "No lo sé", sería la primera respuesta que me viene a la cabeza a la pregunta que lanza valenciaplaza.com en su foro de ideas, en una iniciativa que aúna reflexión con compromiso. Me aventuro improvisadamente a contestar a la pregunta en la pequeña tribuna que generosamente me ofrece esta publicación digital. Desgraciadamente, poco tengo que aportar al análisis efectuado ya.

En cambio, considero que puedo aportar una modesta perspectiva personal desde la trinchera, desde el reverso tenebroso del paro, situación en la que me encuentro desde hace unos meses. Con ello, realmente estoy planteando, a lo Kennedy, una cuestión ligeramente diferente: ¿qué puedo hacer yo para combatir el paro? O más llanamente ¿Cómo encuentro empleo?

La respuesta sigue siendo "No lo sé", pero matizaría que fruto de la necesidad "alguna idea tengo". Primero apuntaría que no es lo mismo reducir el paro que crear empleo. Por ejemplo, exportando parados se reduce el paro, pero no se aumenta el empleo. No es retórica, me han llamado del Servef por dos ofertas de trabajo en Suecia, una en Estocolmo y otra en Gotemburgo (dejo el link por si alguien le interesa la oferta).

La primera vez pensé que se trataba de una broma de algún amigo, pero en vista de la insistencia me lo he tomado más en serio. Aunque aún no estoy preparando la ropa de abrigo, he respondido a la oferta sueca por los motivos que expongo a continuación en mi carta de presentación:

"Estimados señores y señoras suecos:
He procurado hacer siempre lo que considero correcto. Estudié, aprendí idiomas y me fui al extranjero para poder volver con bagaje y experiencia. Mi sorpresa fue que al cabo de unos años, al intentar regresar a España, mucho antes de que empezara esta crisis, tampoco había, salvo algo en Madrid, demasiado trabajo cualificado. Entre el politécnico en los 90, y los alemanes, se me ha forjado un carácter de ingeniero, pero me lo estoy quitando a base de ciencias sociales y del olor del mar. En otras palabras, me he ido ganando la vida en Valencia como economista, hasta que acabé en la cola del paro junto con otros cinco millones de españoles.

Tampoco es el fin del mundo, que "está en movimiento. El reposo absoluto es la muerte", como dijo un matemático francés. Así que he intentado otra vez hacer lo correcto y no quedarme quieto y llegar hasta el estadio del "pluridesempleo". Para el pluridesempleado la casilla de profesión se queda corta: estudiante, investigador, doctorando, voluntario, ciclista, articulista, profesor asociado, profesor particular y tutor.

Cobrar o no cobrar no es la cuestión fundamental en esta fase. Lo importante es no quedarse parado y estar satisfecho con lo que se hace. Tras agotar, o acabar agotado por el pluridesempleo, viene el empleo. Mejor o peor, más cerca o más lejos, pero la alternativa a esta sucesión ya la derivó Pascal.

He defendido siempre una economía débil, es decir sin todas las repuestas, con la flexibilidad y la internacionalización como elementos fundamentales para combatir el desempleo. Ahora, por coherencia personal, no puedo dejar de mostrar interés por su oferta de trabajo. No resuelvo con ello todas mis reticencias y supongo que ustedes tendrán también dudas con respecto a mí. Aunque hay veces que pienso que me equivoco teniendo toda la razón, como canta un poeta local, considero que lo correcto en este caso sería llegar a conocernos.

Atentamente,

Jordi Paniagua Soriano, ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la Universidad Católica de Valencia"

5 comentarios

JOAQUIN escribió
20/10/2011 13:13

Siguiendo la linea del articulo. . No hay mejor, ni peor, si estas quieto o en movimiento, sufres el mismo dolor.

Elodie escribió
19/10/2011 15:01

Cuánta razón tienes en este artículo. Lo que mata al desempleado muchas veces no es tanto la falta de trabajo sino el agotamiento de lo que llamas el "pluridesempleo". Tu artículo llama a la esperanza y al desarrollo de un espíritu positivo. Creo que el mensaje principal sigue siendo "no cerrad ninguna puerta y pensad que de cada experiencia se puede sacar y aprender algo". Sin embargo, no puedo impedirme pensar donde está el bienestar de cada uno en esta lógica... Hoy en día se oye mucho decir “hay que irse fuera" pero una expatriación puede ser dolorosa y si soluciona los temas laborales puede crear problemas personales. Entonces como encontrar un equilibrio aquí... Por lo tanto estoy totalmente de acuerdo, lo importante es no quedarse parado y estar satisfecho con lo que se hace, lo importante es seguir adelante porque algún dia algo mejor vendrá.

Jaime Tatay escribió
19/10/2011 11:37

Jordi, gracias por este artículo. No está escrito sólo con la cabeza. Al leerlo me ha venido a la cabeza una cita de Mario Benedetti, que viene a cuento de la realidad que vivimos en este país (y en buena parte del mundo): "la realidad depende del dolor con que se mira"

Gero escribió
19/10/2011 10:54

¡Olé por la carta!

Alejandro escribió
19/10/2011 09:58

Me he emocionado al leer estas lineas. Yo no puedo citar a economistas ni sociologos pero estoy convencido de que la sociedad necesita a gente como tú en puestos de responsabilidad para afrontar los dificiles momentos que estamos viviendo y para sentar las bases que nos garanticen un futuro mejor. Mucho ánimo amigo!

11 oct 2011

Banco(s) de España

Banco(s) de España

Ayer "Sin darnos cuenta, un día nos podremos despertar con bancos en vez de cajas, con ministerios en vez de consellerias y con juntas centrales en vez de diputaciones, resolviendo así el dilema económico entre la eficiencia y la equidad..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/33767/Bancos-de-Espa%C3%B1a.html

VALENCIA. Cuando la aparición del Banco Central Europeo parecía relegar la institución española a poco más que un cementerio de elefantes, al estilo de los observatorios que trufaron el panorama político-empresarial hace unos años, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, o MAFO como él prefiere que no le llamen, ha revitalizado y llenado de contenido el Banco de España. En una de las peores (y más interesantes) épocas para ser banquero de banqueros, ha pasado de las llamadas a unión de la banca con aquel "Banqueros de España, uníos" a la calificar la gestión de la Caja de Ahorros del Mediterráneo como "lo peor de peor". Puestos a buscar calificativos, podría haber tomado un préstamo imposible de Bunbury, para repetir aquello de "No fue bueno, pero fue lo mejor; casi todo salió de otra manera".

La polémica está servida para el rifirafe político entre quién debería haber supervisado y quién no. La competencia en solvencia de las instituciones financieras recae sobre el Banco de España, sin embargo los estatutos de autonomía disponen también de competencias sobre las cajas de Ahorros. Afortunadamente disponemos de una Dirección General de Desarrollo Estatutario, que podrá esclarecer el entuerto e informarnos sobre el grado de desarrollo y cumplimiento de los artículos referentes a las Cajas y su supervisión.

Como informa el IVF en su web, la supervisión prudencial de las Cajas de Ahorros en su territorio es competencia del IVF, junto al Banco de España, en virtud del artículo 55 del Estatuto. Por ejemplo, los directivos de las cajas deben informar al Instituto Valenciano de Finanzas sobre cualquier operación de riesgo que incurran... ¿tan sólo en Valencia, Castellón o Alicante? La segunda directiva de coordinación bancaria de la UE, donde el país de origen se encarga del control global del establecimiento bancario, no parece haber sido trasladada a nuestra peculiar unión autonómica.

Concurren otros factores en la lenta desaparición de las cajas. Aunque la confusa y difusa supervisión no ha ayudado demasiado, el principal es un problema de gobernanza, que las han conducido a una situación de quiebra. El miedo a un segundo Lehman Brothers también ha contribuido. Fue tal el terremoto financiero que ocasionó, que ningún responsable político se atreve a "dejar caer" a una institución financiera (o país). No hace mucho que el Banco de España inyectó, eufemismo de "gastar", 7.750 millones de euros en unas entidades cuya supervisión está dividida en un limbo entre los que prestan el dinero y los que nombran a los consejeros.

Incurren con ello en un riesgo moral evidente que se ha materializado en una gestión alegre e indemnizaciones multimillonarias. Es como conducir un tanque con seguro a todo riesgo, no me importa si lo estrello contra una pared. Entiendo que no todos podemos ser futbolistas y que nos garanticen por convenio que cobraremos a fin de mes, pero si le doy a alguien casi 8.000 millones de euros, me aseguraría poder recuperarlos.

Por último, las cajas se han visto envueltas en un vendaval de poniente, seco y austero, que bajo la justificación de crisis y malversaciones, arrastra por el corredor central todo lo que huele a autonómico. La mayor aportación de las cajas ha sido acercar el crédito y la cultura financiera a la sociedad. Como en buena parte lo han hecho también diputaciones, autonomías, ayuntamientos y empresas públicas. Sin darnos cuenta, un día nos podremos despertar con bancos en vez de cajas, con ministerios en vez de consellerias y con juntas centrales en vez de diputaciones, resolviendo así el dilema económico entre la eficiencia y la equidad.

Concentrar y alejar las responsabilidades despersonalizando la toma de decisiones, economiza. Pero es ingenuo esperar que nos arreglen todos los asuntos desde fuera. Puede incluso que continuemos con los mismos problemas, ya que si no los solucionamos, persistirán aunque se trasladen a 350km o 1.700km de distancia.
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Jordi Paniagua es ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la UCV


1 comentario

Alejandro escribió
13/10/2011 17:04

Deberían haberlos dejado quebrar. Era la única manera de depurar responsabilidades. La mierda hay que limpiarla, no moverla de sitio. ¿Qué pasó en Argentina?

5 oct 2011

El economista como terapeuta (y otros ensayos)

El economista como terapeuta (y otros ensayos)

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 05/10/2011 "Una mayor interacción entre disciplinas aparentemente estancas como la medicina y la economía contribuiría, como reclamaba Stigler, a ordenar los asuntos de un país desordenado como el nuestro..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/33425/El-economista-como-terapeuta-y-otros-ensayos.html

VALENCIA. Un experimento ha hecho que se tambaleen los paradigmas de la física de los últimos 100 años. Mala noticia para estudiantes, profesores y editores de libros, que tendrán que volver a plantearse bastantes conceptos. Los artículos en revistas especializadas, sinónimo hoy en día de ciencia, van acumulando matices nuevos en vez de conocimiento sobre unos cimientos que pocos cuestionan. Acostumbrados al pensamiento e investigación acumulativos, será una ardua tarea reconstruir los cimientos científicos de una manera disruptiva.

Los economistas raramente plantean cuestiones que no afecten a la teoría económica o al comportamiento económico, ya que no es frecuente adentrarse en otros ámbitos científicos. Quizás por ello no hemos buscado o reconocido nuestro particular neutrino económico que nos haga cuestionar lo aprendido hasta ahora.

El premio Nobel George Stigler fue uno de los primeros en abandonar esta compartimentación científica, abogando por el uso de la economía moderna fuera de su ámbito. Entiende el Nobel de 1982 que la sociedad demanda del economista conocimiento de cómo funciona el sistema económico y de las consecuencias de las acciones económicas. Pero en cambio advirtió que "los economistas ejercen una influencia menor y escasamente detectable sobre las sociedades donde viven". Por ello defendió al "Economista como Predicador" de la eficiencia, de la equidad y de la ética.

Stigler consideró que la actuación profesional debía romper moldes e ir más allá de lo que el cliente quiere, reconvirtiendo al economista como "hombre de parroquianos" para "sencillamente ordenar los asuntos de una nación frecuentemente desordenada". Nos invitó a salir de nuestra particular área de conocimiento para aportar un enfoque diferente tanto en la sociedad como en otras disciplinas científicas.

Siguiendo al veloz neutrino por este camino multidisciplinar y ecléctico, aparecen aplicaciones novedosas y sorprendentes. Por ejemplo, el uso del uso del razonamiento económico está siendo utilizando como terapia para pacientes con daño cerebral adquirido. El aprendizaje de la Economía fomenta y combina la abstracción matemática con el comportamiento humano a nivel individual y colectivo. Nociones como comprar o vender, son consustanciales a la persona y por tanto difíciles de olvidar. Complementan las terapias estándar para personas con dificultades cognitivas desde la normalidad y con cierta utilidad práctica.

Una mayor interacción entre disciplinas aparentemente estancas como la medicina y la economía contribuiría, como reclamaba Stigler, a ordenar los asuntos de un país desordenado como el nuestro. Pero poco a poco, ya que no todos podemos aprender economía en dos tardes.
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(*) Jordi Paniagua es ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la UCV

1 comentario

Jaime Tatay escribió
05/10/2011 17:40

El problema que veo es cómo viajar de una disciplina a la otra manteniendo la consistencia y el rigor, cómo atravesar fronteras y hablar varios idiomas. El 'drama de la especialización' nos lleva al analfabetismo en muchas áreas, salvo en un pequeño campo en el que muy pocos están interesados o se atreven a opinar. La filosofía (y antes la teología) ejercieron, antes de entrar en crisis, como disciplinas articuladoras e integradoras de todos los saberes. Hoy ya no nos sirven y estamos huérfanos y 'desordenados'. Quizás sólo el diálogo - entre disciplinas y personas - nos puede llevar a un consenso, un lenguaje común, y un horizonte estimulante.


13 sept 2011

El 'BIEN' de la renta básica universal

El 'BIEN' de la renta básica universal

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 13/09/2011


http://www.valenciaplaza.com/ver/32071/El-BIEN-de-la-renta-b%C3%A1sica-universal.html

VALENCIA. Oculto tras el maremoto constitucional, una de las noticias más desapercibidas del verano ha sido la modificación de criterios para recibir la Renta Mínima de Inserción (RMI), que ha efectuado el Govern catalán. Cada autonomía puede mejorar (o empeorar), la “Renta Activa de Inserción” estatal, bien ampliando los supuestos para recibir la RMI o aumentando la cuantía económica a percibir.

Cataluña ha optado por endurecer con “agostidad” y alevosía las condiciones para percibir la renta y endurecer el pago, mediante cheque nominativo, con el objetivo de reducir el gasto en RMI a la mitad. Los perceptores han de demostrar que se encuentran al borde de la pobreza: sin posesiones, sin trabajo, sin haberse despedido o víctima de un ERE y acreditar la residencia en Cataluña durante al menos dos años. Son esfuerzos que cargan a la Administración con un coste extra de inspección y que si bien no criminalizan la pobreza, nos hacen suponer que los perceptores de estas ayudas actúan aprovechándose del sistema y no por necesidad.

En el BIEN, Basic Income Herat Network, proponen una alternativa: un salario básico universal, bajo una especia de “economía de la liberación”. Fundamentada ética y económicamente, proponen unificar todas las presentaciones que recibimos en medidas contra la pobreza, fomento de empleo, subsidio de paro, pensiones, sanidad y asignar una cantidad única mensual a cada ciudadano, al estilo de la antigua Roma.

Ético porque ataca y elimina la pobreza haciendo que cada uno sea responsable de sus propias finanzas. Económico, porque elimina costes de control y financiación, unifica criterios en materia de subvenciones, se reduciría el fraude y la economía sumergida (sin tener que decir adiós al dinero). Al tener acotado el gasto, el déficit se volvería previsible e independiente del ciclo económico.

Con la renta básica universal se liberalizaría por completo el mercado de trabajo. Al descontar la asignación personal, disminuirían los salarios, haciendo las empresas más competitivas y flexibles de cara al exterior. Aumentaría también el poder de negociación individual del trabajador, relegando el papel mediador de los sindicatos. Contribuiría a aumentar la satisfacción y seguridad en el trabajo y la voluntad de los empresarios por proporcionarla a sus trabajadores.

Ahora que se anuncia (o se desea) crear un millón de empresarios, el BIEN incentivaría la aparición de empresas por una doble vía. Reduciría por una parte el riesgo y el miedo al fracaso. Pero también liberalizaría servicios hasta ahora acotados en la función pública, como son las pensiones y la sanidad. Con la renta vital básica, cada ciudadano recibe una asignación del Gobierno y nada más. Tanto el Estado como ciudadanos recuperarían eficacia, ya que se centrarían en lo que mejor saben hacer. El Estado, en los bienes comunes e indivisibles y los ciudadanos en las decisiones individuales, como la planificación financiera personal, formación, cobertura por desempleo o sanidad.

La renta vital básica tiene todo lo que un economista débil pudiera desear: es imaginativa, justa y eficiente. Tan sólo falta que sea además viable. Puede además que sin llegar a su implantación total sirva como inspiración de medidas que conjuguen la equidad con la solvencia.
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Jordi Paniagua es ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la UCV.

3 comentarios

Jose Luis escribió
19/09/2011 12:57

Dudo que sea "economica" en el sentido expuesto.¿qué pasaría si una persona se lo gasta?¿ya no tendría dcho a sanidad, educacion, etc?¿se le deja morir de hambre?¿cómo se soluciona? y, por otro lado, ¿cómo se hace viable?¿a cargo de impuestos?

Gero escribió
15/09/2011 10:34

Desde luego, es el criterio que utilizan en los países árabes para sus ciudadanos. Con la diferencia del potencial de ingresos y la estabilidad de los mismos. Cuadrar las arcas del estado no sería tarea fácil. ¿Cual sería la renta para que España(o culquier otro) se convirtiera en un país de vagos? A los árabes les da igual porque el trabajo se lo hacen indios por 200€/mes. ¿Ese sería nuestro modelo? Sr Paniagua, más palabras. Sus artículos se nos quedan cortos, lanza la idea pero le falta profundo desarrollo. Que le den más espacio.

Alejandro escribió
13/09/2011 09:28

Por lo que observo a mi alrededor esta medida sería ineficaz e injusta. A no ser que para ganarnos esos ingresos TODOS tuvieramos que prestar un servicio. No se puede pagar a la gente por no trabajar, excepto en casos muy concretos. En mi opinión este BIEN reducía el PIB al 50% en horas.

25 ago 2011

La Paradoja de Condorcet

La Paradoja de Condorcet

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 25/08/2011 "La libertad, igualdad y fraternidad, los ideales de la Revolución francesa, no se quedaron en manuales de buenas intenciones, al estilo 15-M, gracias a matemáticos como Condorcet y Poisson, que aplicaron la filosofía revolucionaria a las instituciones..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/31224/-La-Paradoja-de-Condorcet-.html

VALENCIA. La libertad, igualdad y fraternidad, los ideales de la Revolución francesa, no se quedaron en manuales de buenas intenciones, al estilo 15-M, gracias a matemáticos como Condorcet y Poisson, que aplicaron la filosofía revolucionaria a las instituciones. Nuestro sistema legal y electoral se asienta en los estudios de los grandes estadísticos franceses, que estudiaron asuntos como el número óptimo de miembros de un jurado o la probabilidad por la cual un acusado puede ser declarado culpable.

Nuestro estratificado sistema legal, con la constitución, leyes orgánicas y ordinarias, decretos legislativos y demás ordenamiento jurídico, tiene su raíz última en la 'Paradoja de Condorcet', según la cual en ciertos casos, las votaciones presentan resultados injustos.

Para sobrevenir esta situación Condorcet propuso dos soluciones que han llegado hasta nuestros días: una adecuada instrucción al votante y un sistema electoral y legal a prueba de cambios caprichosos. Por ello no es fácil cambiar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ni la Constitución, ni leyes fundamentales, sin un amplio consenso.

¿Recuerda alguien la pregunta del referéndum de la constitución europea? Condorcet ya nos habría prevenido del nefasto "no" ante una instrucción tan mediocre. Y nos habría prevenido de las nefastas consecuencias de carecer de una norma supraeuropea. La Unión Europea, cebada de instituciones, parlamentos y comisiones, no ha sabido articular una verdadera unión política más allá de directivas y transferencias económicas.

En última instancia, de la paradoja de Condorcet se deduce que no basta con detentar instituciones públicas para garantizar la democracia. El modo de funcionamiento y el reglamento, como aseguraba Romanones, son indispensables. Las democracias occidentales parecían haber superado la paradoja, pero aún existen regímenes autoritarios se esconden bajo instituciones aparentemente democráticas.

El último episodio del presidente de la República Francesa (y de la canciller alemana) imponiendo las reformas constitucionales a los países del euro es una paradoja: ambos países superaron en la década pasada el límite del 3% fijado por el tratado de Maastricht. Preocupados por el déficit fiscal, Merkel y Sarkozy olvidan a Condorcet e incurren en un déficit democrático.

La segunda reforma constitucional española seguirá el dictado del déficit francoalemán. La reducción de la deuda es acertada para frenar una crisis de sobreendeudamiento. Pero puede que no sea la mejor opción para actuar contra futuras crisis de oferta o de demanda, que requieren un esfuerzo de endeudamiento y flexibilidad.

¿Reformaremos cíclicamente la constitución con cada recesión? El Tribunal Constitucional tendría entonces argumentos para dictar otra fabulosa sentencia declarando inconstitucional la crisis y solucionar el problema.
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(*) Jordi Paniagua Soriano es ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la UCV.

4 comentarios

Gero escribió
26/08/2011 12:10

Más acá de Condorcet, hablaré como ciudadano. ¿Porqué son los gobernantes de otros países los que nos imponen cambios constitucionales? ¿Porqué en Agosto y sin debate o referéndum? ¿habrá una ley que establezca gastos superfluos para cumplir el equilibrio, o se pensará en el repago sanitario antes que en la reducción de gasto militar o la reducción de representantes públicos? ¿De todo esto, qué dice el parlamento europeo o cual ha sido su intervención? ¿Estamos, de forma efectiva, perdiendo el gobierno económico del estado en favor de la opinión de los mercados? ¿Se basan los mercados en el justo examen de los parámetros económicos o más bien se rigen por las reglas del comercio?¿Deberíamos usar tasas de interés negativo en vez del actual sistema financiero(va por ti, Silvio Gesell)? Con la destrucción de empleo actual, ¿porqué está el foco en el abaratamiento del despido en vez de en la creación de empleo? ¿Acaso no hemos visto lo fácil que es destruir y lo que nos va a costar construir?¿Olvidamos las mínimas reglas del proceso lógico o método científico? ¿Porqué todo esto es antisistema cuando el propósito es perpetuarlo?¿Porqué los del 15M no tienen la más mínima base cultural o interés social para conocer realmente todas las opciones políticas en las elecciones y proponer el voto a alguien, decantarse, tener verdadera opinión? ¿Tuvo Condorcet en cuenta a los creadores de opinión, think tanks, lobbys y demás poderes económicos que no hacen otra cosa que comprar opiniones o leyes? Los cambios, realmente, no son de fondo. Las recetas ya fueron aplicadas, y no han funcionado.

JOAQUIN PEREZ escribió
26/08/2011 11:27

Creo que todos conocemos que existen diferencias sustanciales entre la teoria y la practica, entre discursos y hechos. Resulta evidente que quien te "presta dinero" exiga una serie de condiciones al deudor para tratar de garantizar el pago de la deuda y que el destino de los fondos se aplica sobre las partidas acordadas. Es basico tener una base teorica que sustente cualquier politica, los problemas comienzan en la practica. Por que exigen un techo del gastos publico (deficit) en la Constitucion? Es evidente, no se fian y creo que motivos no faltan.

Alejandro escribió
25/08/2011 20:01

Estoy muy deacuerdo con la conclusión final. Nadie gobierna para el futuro y así siempre llegaremos tarde...

Arouet escribió
25/08/2011 07:38

Condorcet no hubiera utilizado la expresiòn normativa de "resultados injustos" referida a elecciones. Lo que señala la paradoja tiene poco que ver, en mi opinión, con lo que el texto señala. Lo que viene a indicar es que en ocasiones la voluntad electoral de la mayoría entra en conflicto consigo misma. Y los resultados no ser los preferidos por la mayoría. Pero él mismo argumentó que esta posibiliadad se reducía notablemente aumentando el númeo de intervinientes en el proceso. Y al mismo tiempo se ha demostrado que sus resultadoss solo se cumplen cuando el número de electores que prefieren a los candidatos (3 y 3 en su exposición) es igual.


11 ago 2011

Adiós al dinero

Adiós al dinero

JORDI PANIAGUA (*). 11/08/2011 "La extinción 'física' del dinero permitiría aumentar el PIB en torno al 20% (...) y se estumularía el consumo..."
http://www.valenciaplaza.com/ver/30764/-Adi%C3%B3s-al-dinero-.html

VALENCIA. ¿Han intentado pagar con un billete de 500 euros? Es una ardua tarea ya que en pocos establecimientos los aceptan por miedo al timo, en contra del criterio del Banco de España. El problema con los billetes de 500 euros, el de más valor acuñado en del mundo, no acaba con la falsificación. Se estima que hay en circulación, o más bien fuera de ella, 101,77 millones de billetes de 500€ (50.887 millones de euros), más del 70% de los billetes en España. Son cifras que engordan la economía sumergida en España, que representa el 20% del PIB. Para atajar este problema el gobierno ha puesto en marcha un plan contra el dinero negro, un plan anti-doping económico.

Una medida plausible sería eliminar los billetes de 500€, como propuso Francia tímidamente en 2009. Con una moratoria similar a la del cambio de la peseta por el euro, sus tenedores dispondrían de un tiempo limitado para aflorar estos billetes morados. De un plumazo la economía y las arcas del Estado podrían recuperar un poco de aliento. Curiosamente, en el Reino Unido, fuera del euro, aplica ya una medida similar siendo imposible obtener billetes de 500€ en los bancos británicos.

El dinero en efectivo sigue vivo y nos acerca de un modo sentimental o gráfico el precio de las cosas. En la página web http://usdebt.kleptocracy.us/ se puede visualizar el tamaño de la deuda de EEUU si se apilara en billetes de 100$, superando con creces el tamaño de las caídas torres gemelas de Nueva York. Los billetes y las monedas, al igual que el patrón oro antes de Bretton Woods, suponen una pérdida de eficiencia económica. No solo por el coste de acuñar moneda, la falsificación, los robos, también por la economía sumergida. No es descabellada, por tanto, la idea de es prescindir de monedas y billetes, sueño de anarquistas y escritores de ciencia ficción.

Es evidente que las implicaciones técnicas, legales y sociales de la eliminación del dinero en efectivo suponen un reto. No obstante, la mayoría de la riqueza monetaria mundial no es física, son anotaciones en los balances y activos en las cuentas corrientes. Supondría un objetivo contante y sonante para ciertas empresas, en especial las tecnológicas, para relanzar la actividad, como con el cambio de la peseta al euro. Por ejemplo, el pago por móvil sería un primer paso hacia la digitalización del dinero. El uso y cobertura del móvil abarca casi al 100% de la población y la generación de internet y del SMS no tendrá problemas en adaptarse al mundo del dinero digital.

Con la extinción del dinero, no solo se podría aumentar el PIB en torno al 20% y la subsecuente recaudación del Estado vía impuestos. También estimularía el consumo, la inversión en tecnología, frenaría además la especulación sobre las divisas. Devolvería el valor a las personas y a las cosas y no a unos papeles tintados y metales esculpidos.

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Jordi Paniagua Soriano, ingeniero de telecomunicaciones y economista, es profesor de la UCV.

2 comentarios

Gero escribió
18/08/2011 21:24

¿Estaríamos seguros de verdad si todas nuestras reservas estuvieran en un apunte, en tinta o pantalla? ¿No crecería el precio del oro por temor a una crisis? ¿Elimina eso el riesgo de bancarrota de un banco y que, por tanto, nuestros depósitos no estén 100% seguros? ¿Cómo afecta el uso del dinero de plástico, o móvil o tecnológico a nuestra privacidad? ¿Por qué hay economía sumergida, sólo porque existen billetes? Estoy convencido de que es el camino que el mundo sigue, lamentablemente creo que los líderes económicos y políticos no persiguen el bien común y quitar el dinero físico me produce inseguridad.

Alejandro escribió
11/08/2011 18:20

Yo creo que ya es así. El dinero ahora es como el oro. Esta en las reservas... La gente funciona con tarjeta ya sea de débito o de crédito. La propuesta francesa me parece original, me gusta.


3 ago 2011

No es lo mismo reducir el paro que crear empleo

No es lo mismo reducir el paro que crear empleo

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 03/08/2011 "Sin apenas debate político o económico, se ha delegado la creación de empleo al otrora enemigo público número 1: el mercado (...) el mensaje que transmiten es claro: apáñenselas como puedan y cuando se acabe el pan, compren croissants..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/30156/No-es-lo-mismo-reducir-el-paro-que-crear-empleo.html

VALENCIA. La principal preocupación de los ciudadanos es el paro. En cambio, la principal preocupación de los políticos y gobernantes es el déficit. La necesidad de reducirlo tiene tres justificaciones habituales: una racionalización de un sector público sobredimensionado, una concepción liberal del papel del Estado o por pura necesidad. Sea cual sea la razón última, se ha apostado al doble o nada y nos aseguran que disminuyendo el déficit se resolverán todos los males, incluido el paro.

Esta cuestión, con sus matices ideológicos, está en el centro del debate político y económico en EEUU. Economistas como Paul Krugman defienden sin pudor aumentar el techo de gasto en contra de la ortodoxia vigente de la Administración pública anoréxica. En nuestro patio particular, el debate se ha zanjado por la vía de los hechos mediante la esquila del sector público, con el cierre de fundaciones, empresas públicas y delegaciones en el exterior y en el interior, y la congelación de la inversión pública. El pago a los proveedores, junto con previsibles rebajas fiscales, se ha erigido como la primera prioridad de ayuntamientos, diputaciones y autonomías. Medidas que parchean tangencialmente el déficit y con un efecto incierto sobre el empleo.

El razonamiento teórico tiene su lógica: si los empleos los crean los empresarios, la fórmula para crear empleo es destinar recursos empresas, incluida la provisión de servicios públicos. Con la caja llena o menos vacía, las empresas empezarán a contratar gente. Sucede que la teoría económica de la oferta del trabajo se atasca con la realidad y las empresas con su dinero hacen lo que quieren: pueden crear puestos de trabajo, o no. Siguiendo el ejemplo de la administración, podrían dedicar los recursos adicionales a sanearse, reestructurarse y pagar deudas.

Siguiendo el dogma del déficit, el interés no se centra en aumentar los afiliados a la Seguridad Social sino más bien en disminuir la factura del INEM. Para ello, sirve la exportación (hace unas semanas me llamaron del Servef para trabajar... en Estocolmo; es lo que tiene estar pluridesempleado) o la eliminación de las estadísticas de los jóvenes parados vía reconversión a estudiantes o a autónomos. No es lo mismo reducir el paro que aumentar el empleo. De nada sirve erradicar el paro si no se crean puestos de trabajo.

Sin apenas debate político o económico, se ha delegado la creación de empleo al otrora enemigo público número 1: el mercado. Sea por una súbita conversión liberal o ahogados por las deudas, el mensaje que transmiten es claro: apáñenselas como puedan y cuando se acabe el pan, compren croissants.
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(*) Jordi Paniagua Soriano es ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la UCV


28 jul 2011

¿Qué fue de Valencian Community Investments?

¿Qué fue de
Valencian Community Investments?

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 28/07/2011 "El re-renovado Consell cuenta con instrumentos para relanzar la inversión extranjera junto al comercio internacional, que son los factores comunes de la recuperación. Otra cuestión distinta es si cuenta además con la determinación y el presupuesto necesario..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/30251/-Qu%C3%A9-fue-de---Valencian-Community-Investments-.html

VALENCIA. La inversión extranjera ha sido la hermana pobre de la internacionalización. Es lógico que los gobiernos presten más atención a la exportación y a la implantación de empresas locales en el exterior. La competencia de fuera generalmente asusta Es inevitable que la empresa extranjera compita por mercado con la local. Pero también buscarán socios y proveedores locales, aumentando la competitividad de las compañías valencianas, con más posibilidades de buscar negocios en el extranjero. Tampoco son desdeñables los puestos de trabajo que la inversión extranjera crea en Valencia.

Para fomentar la inversión extranjera, el Gobierno de España y la Generalitat crearon organismos dedicados exclusivamente a este fin. Desde finales del 2004 hasta principios del 2011, la Comunitat Valenciana contó con un organismo propio para atraer inversiones: Valencian Community Investments. Fruto de la espartiflación (o la mal llamada crisis) y de la obsesión por el déficit, en julio de 2010 el Consell decidió amortizarlo, con una anunciada fusión con el IVEX. La mencionada fusión nunca se produjo y VCI se liquidó con un ERE.

Transcurrido un año, tenemos la perspectiva necesaria para observar si la desaparición de VCI se ha traducido en una mejora para la economía valenciana. O al menos para las arcas y presupuesto de la Generalitat, descontados finiquitos y subsidios de desempleo.

Los datos coyunturales de la inversión extranjera en Valencia, con una caída del 19% en el último trimestre y relegados al puesto duodécimo, son difícilmente atribuibles a la existencia o no de un organismo concreto. Pero su gestión, más allá de consideraciones políticas, se puede traducir en cifras que miden su impacto en nuestra economía.

Las funciones de VCI eran asesorar a las multinacionales en su inversión y promocionar la Comunitat como destino para la inversión extranjera. En los seis años de vida de VCI, un total de 211 empresas foráneas invirtieron en la Comunitat, generando una inversión de más de 21.000 millones de euros y 35.000 puestos de trabajo. Durante el mismo periodo, 191 empresas contactaron con VCI para interesarse por nuestra región, con una inversión estimada de 12.000 millones de euros y 12.000 puestos de trabajo.

En cuanto a la promoción, VCI estuvo presente en 219 actos de promoción y proyección de la Comunitat a nivel nacional e internacional. Su página web, ahora extinta, con más de 30.000 visitas mensuales era una ventana de conocimiento sobre la inversión extranjera en Valencia. Recogía información relevante para el inversor y contaba con un sistema de inversión on-line, facilitando también la búsqueda de proveedores locales. Contaba con más de 2.000 usuarios registrados, que recibían puntualmente noticias, oportunidades y tendencias de la inversión extranjera.

El conocimiento es una de las claves de la economía internacional, ya surgen tantas fórmulas y combinaciones de comercio e inversión internacional como empresas. La internacionalización de las empresas valencianas no solo se puede realizar exclusivamente hacia fuera, también hacia dentro, ya que comercio e inversión están íntimamente interrelacionados. Un entorno con competencia internacional favorece la exportación de bienes de las empresas locales.

No se trata solo de la implantación de multinacionales, también de pymes extranjeras, que como las nuestras, sufren claustrofobia en su mercado local. Asimismo las corporaciones valencianas, buscan socios extranjeros para sobrevivir aquí y expandirse fuera.

Aunque el sprint empresarial supera el lento paso de la Administración, el re-renovado Consell cuenta con instrumentos para relanzar la inversión extranjera junto al comercio internacional, que son los factores comunes de la recuperación. Otra cuestión distinta es si cuenta además con la determinación y el presupuesto necesario.
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Jordi Paniagua Soriano es ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la UCV.

4 comentarios

Indignadísimo escribió
01/08/2011 13:49

Igualmente desconocido Alejandro: Me impresiona que no recuerde que en pura ciencia lógico-jurídica no es posible demostrar lo que ”no” se ha hecho, sino únicamente lo que se ha hecho. La "probatio diabolica" o inquisitorial de los clásicos. La carga de la prueba corresponde a quien ha de probar la existencia de algo, en este caso la captación de inversiones extranjeras gracias a la actividad de VCI. Todos sabemos que una de las asignaturas pendientes de las administraciones españolas es el control de la eficacia de sus medidas e inversiones, pero en todo caso le ayudarán a formar una opinión los siguientes datos: Respecto a los que se ha hecho, pese al ligero control, últimamente sólo formal, que realiza la Sindicatura de cuentas, le recomiendo que lea sus informes de fiscalización. http://www.sindicom.gva.es/web/wdweb.nsf/menu/informes y, en todo caso, las cuentas anuales, que dada su escasísimo volumen de negocio son fáciles . En cuanto al contenido de la desaparecida web de VCI, afortunadamente contamos con la posibilidad de recuperarla : http://wayback.archive.org/web/ Insisto en que la «carga de la prueba» corresponde a quien ha de probar la captación de inversiones extranjeras gracias a la actividad de VCI. He de confesar que me sorprendería que la Sociedad Anónima pudiera probar su eficacia ahora que ha desaparecido, y que no lo pudiera hacer cuando su propia existencia estaba en discusión, pero le aseguro que si ello fuera posible, no dudaría en rectificar mi comentario, que no mi experiencias o las de profesionales de mi entorno, que son las que he descrito.

Alejandro escribió
30/07/2011 11:49

INDIGNADISIMO, su comentario es un brillante ejercicio de demagogia en la sombra. Dé la cara y aporte datos como el Sr. Paniagua.

Indignadísimo escribió
29/07/2011 12:47

Comprendo que el Sr. Paniagua defienda al chiringuito que le ha dado de comer tantos años, pero no me gusta que describa una realidad que solo existe en su intención hagiográfica. VCI, que era una sociedad pública, fue creada exclusivamente para pagar los favores que el Sr. Zaplana le debía a su director el Sr. Antonio Lis. Se la desgajó del IVEX, y nunca se coordinó con nadie. Nunca se seleccionó a su personal conforme a los criterios de igualdad, mérito y capacidad, y por ello los perfiles personales y profesionales eran “peculiares”. La falta de conocimiento y dedicación de sus directivos y la mayoría de su personal durante toda su (demasiado larga) existencia fue el “hazme-llorar” de las Administraciones y las organizaciones empresariales. De hecho era la única Administración que concitaba unanimidad en todos los que la trataban: nadie sabía a qué se dedicaba, salvo a gastar en imagen y publicidad. Recuerdo incluso cuando publicitaron en su patética e inexacta web la apertura de un Mc Donalds como gran éxito. Su desaparición es una decisión acertada, aunque tardía, del Gobierno valenciano. Ahora falta que se exijan responsabilidades por el mal uso de los fondos públicos, y la incompetencia profesional.

Alejandro escribió
28/07/2011 09:29

Muy bueno! Hasta que el consumo interno mejore, el empleo lo generarán los emprendedores locales y la inversión extranjera. A mi, como inversor extranjero que fui, me hubiera gustado encontrarme con las herramientas que tenían los clientes de VCI

5 jul 2011

Grandes, medianos y pequeños eventos

Grandes, medianos y pequeños eventos

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 05/07/2011 "Como en la Galia de Asterix, hay una pequeña inversión irreductible que incluso ha puesto de acuerdo a gobierno y oposición locales: los grandes eventos. Se ha generado un amplio consenso: los grandes eventos han de ser rentables..."

http://www.valenciaplaza.com/ver/29017/Grandes--medianos-y-peque%C3%B1os-eventos.html

VALENCIA. "Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del reflejo del agua, ¿cómo podréis comprarlos?", se preguntaba extrañado el Jefe Seattle ante la petición de compra de sus tierras por parte del Gran Jefe Blanco de Washington. Hoy traduciríamos sus palabras asegurando que no todas las inversiones públicas son necesariamente rentables. Con la cultura, el deporte popular, incluso con la sanidad, no se obtienen beneficios directos, pero elegimos llevarlas a cabo a pesar de ello. Es el criterio de la rentabilidad el que califica la inversión pública y la hace merecedora o no de discusión y batalla política.

Como en la Galia de Asterix, hay una pequeña inversión irreductible que incluso ha puesto de acuerdo a gobierno y oposición locales: los grandes eventos. Se ha generado un amplio consenso: los grandes eventos han de ser rentables. La discusión estriba, dejando de lado gustos personales, en si son rentables o no. Tanto promotores como detractores se esfuerzan en demostrar que se recupera la inversión en un caso y que se despilfarra en otro.

La oposición argumenta, atendiendo a un criterio de caja (cuesta tanto y vendo tantas entradas), que no salen las cuentas. El Consell aduce que estos acontecimientos generan un impacto económico que supera con creces la inversión realizada. Sin embargo, ambos razonamientos son en esencia el mismo, en uno se busca la rentabilidad a corto plazo y en el otro a largo plazo.

Quedan por tanto fuera los argumentos culturales, ya que por el camino de la estricta rentabilidad tampoco deberían celebrarse, atendiendo a las cuotas provinciales, las Fallas ni las hogueras de San Juan, ni la Magdalena. Tampoco los museos, exposiciones o conciertos de ópera. Tampoco se alude al interés general, ya que los coches, los caballos y el tenis no son fútbol, donde curiosamente sí se ponen todos de acuerdo. Queda patente en su discrepancia que ambas bancadas también se ponen de acuerdo en la naturaleza de estos eventos. No se busca transmitir unos valores o unas emociones (ni cultura ni deporte), son una inversión. Más o menos rentable, pero una inversión.

Merece, ya que en algo se ponen de acuerdo los políticos, que analicemos estos eventos bajo el prisma inversor: un sacrificio presente para obtener unas ganancias futuras. El dinero de los contribuyentes se destina a organizar eventos con un horizonte de recuperación de lo invertido. Parte a corto plazo con la venta de entradas, y parte a largo, mediante un aumento de la recaudación por impuestos, propiciado por el aumento en la actividad económica que generan. Si la rentabilidad obtenida es mayor a la de un depósito bancario, todos contentos. Un criterio claro y relativamente sencillo de calcular. Sin embargo, surgen contradicciones al aplicar la misma regla a otras inversiones menos mediáticas.

Todos se apuntaron al plan-E y al plan Confianza sin calcular las repercusiones económicas de tener las aceras más lustrosas de Europa o construir polideportivos y piscinas que difícilmente se mantienen solos. Y ahora todos de vuelta hacia la austeridad, sin prever el efecto sobre la mermada demanda interna. Los administradores y fiscalizadores de nuestro dinero podrían aplicar el mismo rigor que emplean en los grandes eventos también en los medianos y pequeños. La alternativa, ya la veía venir el Jefe Seattle: "Nosotros meditaremos vuestra oferta de comprar nuestra tierra, pues sabemos que si no aceptamos vendrá seguramente el hombre blanco con armas y nos expulsará".
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(*) Jordi Paniagua es profesor de Econometría en la Universidad Católica de Valencia

22 jun 2011

La inversión extranjera nos mira de reojo

La inversión extranjera nos mira de reojo

http://www.valenciaplaza.com/ver/28324/La-inversi%C3%B3n-extranjera-nos-mira-de-reojo.html
JORDI PANIAGUA SORIANO.
22/06/2011 "La inversión extranjera en Valencia ha descendido un 19%. Los 14 millones recibidos en este periodo nos dejan en 12º lugar y lejos de los 309 millones invertidos en Cataluña, 118 en Galicia o 97 en Castilla León..."

VALENCIA. El Ministerio de Industria acaba de publicar los datos coyunturales sobre la inversión extranjera en el primer trimestre del 2011, cuyo volumen asciende a 6.800 millones de euros, un 183% más que en el primer trimestre del 2010. Sin embargo, la mayor parte de esta inversión se centra en Madrid, en una única operación en el sector de la telefonía móvil. Tras descontar esta operación por el "efecto sede", la inversión ha aumentado un 17% con respecto al primer trimestre del 2010. Aunque estos datos representan un oasis en marasmo de cifras económicas, no podemos esperar una recuperación económica exógena. La inversión extranjera ayudará sin duda a la recuperación, pero su volumen dependerá de las condiciones internas de nuestra economía.

La Comunitat Valenciana, junto a Andalucía, Aragón, La Rioja y Asturias, se queda fuera de este incremento generalizado. La inversión en Valencia ha descendido en un 19%. Los 14 millones de euros recibidos en este periodo nos dejan en 12º lugar y lejos de los 309 millones invertidos en Cataluña, 118 en Galicia o 97 en Castilla León.

Sin embargo, la novedad es la publicación por primera vez de nuevas medidas acerca de la inversión extranjera en España. Hasta ahora, el empleo generado y los resultados económicos de las empresas extranjeras en España se encontraban soterrados en algún oscuro lugar del ministerio. Es una buena noticia para los economistas presentes en las XII Jornadas de Economía Internacional, celebradas hace una semana.

Sin pena ni gloria mediática, durante tres días Castellón ha sido el epicentro del análisis de la inversión y comercio internacional. Nuevos datos frescos servirán para afianzar la comprensión de estos fenómenos económicos. Sin embrago, su contenido no representa tan buena noticia para la economía española.

En tres años, desde 2007 a 2009, las multinacionales presentes en España, han reducido sus resultados en 5.900 millones de euros y su cifra de negocios en 59.000 millones, un 16%. En tan solo un año, 2009, se ha destruido un 10% del empleo, aproximadamente 138.000 a nivel estatal. Esta reducción en el empleo de las multinacionales ha sido especialmente acentuada en Cantabria, Murcia y Extremadura, donde se han destruido un 28%, 31% y 39% respectivamente. Aunque a nivel absoluto son Cataluña, con 36.000 empleos menos y Madrid, con 29.000, donde más puestos de trabajo se han eliminado.

Valencia ocupa un nada meritorio tercer puesto con 17.000 parados más, con una reducción del 20%. Aun así, la inversión extranjera emplea a 83.500 personas en la Comunitat. Podríamos pensar que tampoco es un dato relevante, ya que estos trabajadores representan menos de un 5% total y 4% de los desempleados, con una tasa de desempleo ligeramente menor a la general en el mismo periodo, un 23%. Sin embargo, las empresas que se internacionalizan son más productivas y los puestos que crean añaden más valor a la economía de acogida. Por ahora, la mayor reducción se ha dado en recursos humanos y en actividades administrativas de oficina. En un primer aviso, las empresas extranjeras se han quedado en los huesos, pero reteniendo de momento puestos de más cualificación, como ingenieros u operarios.

Ambos datos de inversión y empleo, como síntoma de la apatía económica general, confirman que la inversión extranjera languidece en Valencia. Es un tren que no podemos perder. No solo por lo que representan las multinacionales en volumen de inversión y empleo. El riesgo no es tanto la reducción de la inversión o puestos de trabajo existente, como dejar de atraer inversión nueva y perder oportunidades de proyectos novedosos que inyecten vitalidad y nuevas ideas. A falta de otras iniciativas, esperemos que la anunciada inversión de Ford en Almussafes sirva como revulsivo y tenga un efecto llamada sobre otras empresas foráneas.
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(*) Jordi Paniagua Soriano es profesor de Ecometría en la Universidad Católica de Valencia

1 comentario

Alejandro escribió
22/06/2011 11:13

.... Esperemos! Por que, en mi opinión, el empleo lo crearán los jóvenes emprendedores y la inversión extranjera.

13 jun 2011

Una delgada línea entre la universidad, la empresa y la Administración

http://www.valenciaplaza.com/ver/27366/-Una-delgada-l%C3%ADnea-entre-la-universidad--la-empresa-y-la-Administraci%C3%B3n.html

Una delgada línea entre la universidad, la empresa y la Administración

JORDI PANIAGUA (*). 08/06/2011 "En algún departamento de los 1.003 centros de las 75 universidades españolas han conseguido ya el ansiado anhelo de quedarse sin alumnos. Demos la bienvenida a la nueva burbuja, tras la inmobiliaria y la futbolística..."

VALENCIA. He estado vinculado de diversas formas, como estudiante, investigador y profesor, a cuatro universidades españolas y una alemana. Lo expreso porque voy a hablar de la universidad y las críticas a la universidad provenientes de ámbito no universitario generalmente no se aceptan. También he trabajado para tres empresas privadas y una pública. Lo digo porque normalmente las opiniones de la comunidad universitaria sobre sí misma se suelen desconocer o despreciar por parte de la empresa y de la Administración.

Con estas premisas, se deduce que la universidad, empresa y Administración no se entienden. Para el recuerdo quedan frustradas conselleries (aquí y más al norte) que fusionaban la enseñanza superior y la empresa. Mientras que los empresarios trabajan con sofisticados instrumentos financieros: swaps, líneas de crédito, descuentos, la universidad está en la economía del trueque: patentes, citas y artículos. La Administración vive en la economía del sufragio con presupuestos, votos y escaños. La palabra resultados tiene para cada uno significados totalmente distintos. Es difícil, pero no imposible, entenderse cuando dos personas hablan un idioma distinto.

El profesorado tampoco obtiene los resultados esperados, ya que se le mide por méritos en la investigación y no por el resultado académico y laboral de sus estudiantes. Por lo tanto, el empresario no vislumbra los resultados inmediatos de su inversión en materia gris y paga menos para compensar el coste de aprendizaje. Como consecuencia, el Gobierno no obtiene el resultado social esperado: sufraga unos costes que no se traducen en mejores sueldos y mayor recaudación.

La incomprensión mutua entre empresa-universidad-administración, sin dejar de ser relevante, no es más que un síntoma de otros problemas estructurales. Como estudiante, tuve a veces la impresión de ser una molestia. Me imaginaba a muchos profesores pensando "qué maravillosa sería la universidad sin los alumnos", como si el estudiante sobrara. En algún departamento de los 1.003 centros de las 75 universidades españolas han conseguido ya el ansiado anhelo de quedarse sin alumnos. Demos la bienvenida a la nueva burbuja, tras la inmobiliaria y la futbolística.

Por otra parte, como empleado tenía la sensación de ser un lastre durante los primeros días de trabajo. Me imaginaba al jefe pensado "muchos títulos, pero de la vida real ni idea". Es queja común entre los empresarios que los universitarios desconocen totalmente el funcionamiento de la empresa y que les han de volver a enseñar todo para poder realizar su labor. En este caso, se olvida el empleador del principal aporte de la universidad a la sociedad: enseñar a aprender. Salvando algunas excepciones, como Ford, sería inviable que cada empresa tuviera un centro educativo asociado. Más allá de los conocimientos específicos, el graduado demuestra con su título una capacidad de asimilación de cantidad conceptos complejos en un tiempo limitado. Lo que le predispone a poder desempeñar cualquier tarea con un mínimo de aprendizaje específico.
El alumno no sólo se encuentra desplazado en la atención docente y en la inmersión laboral, también está alejado como contribuyente. Como nada es gratis, la formación en la universidad pública la pagamos entre todos, como un bien común. Esta inversión social se ve amenazada por el déficit de los gobiernos y la sobredimensión del sistema universitario (o subdimensión del sistema laboral).

También por una eternización de los estudios, debido a planes de estudios desfasados, bajas perspectivas laborales y las nulas consecuencias económicas, positivas o negativas, del rendimiento académico. No es de extrañar la incomprensión de la administración, que además "paga i no mana".
El graduado es el nexo de unión entre la universidad, la empresa y la Administración. Aunque no se lleguen a entender nunca del todo, deberían buscar un equilibrio que evitase que el antiguo estudiante y futuro empleado-contribuyente se desplace al exilio exterior, al extranjero, o al interior, la sobrecualificación.

Mientras el alumno no sea el vínculo de unión, el desencuentro entre el mundo laboral, el universitario y el administrativo irá en aumento. Recuperar la centralidad en torno al estudiante significa no solo preocuparse por su desarrollo académico, sino dotarle de habilidades y responsabilidades que le faciliten el acceso al mundo laboral. No solo de las competencias que suelen citarse como el inglés o el trabajo en grupo, también de un compromiso académico, responsabilidad financiera y autonomía laboral.
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(*) Jordi Paniagua Soriano es profesor de Econometría de la UCV

Ilustración: Carlos Sánchez Aranda.

31 may 2011

Adiós a la verdad

http://www.valenciaplaza.com/ver/26366/Adi%C3%B3s-a-la-verdad.html

Adiós a la verdad

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 31/05/2011 "El final de la economía, al menos como la entendemos hasta ahora, significaría el destierro de una única interpretación del comportamiento económico de la sociedad. Igual que la física abjuró de sus principios deterministas, la economía no está sujeta a leyes inmutables..."

VALENCIA. ¿Ha muerto la economía? Perelman anunciaba hace 15 años "el final de la economía" con bancarrotas generalizadas a causa del incremento de los costes fijos en la industria, que harían que las empresas igualaran sus precios al coste marginal, en lo que vino a llamar "competición desenfrenada".

Aseguraba que "la economía no es una ciencia, sino una ideología diseñada para defender prácticas existentes". Heidegger también anunció hace más tiempo el final de la filosofía y recientemente, Vattimo ha defendido el final de la verdad en su último libro "Adiós a la verdad".

Utilizando argumentos distintos, coinciden en el final de un camino. Sin embargo, mientras Perelman pronostica la llegada de un nuevo sistema, Vattimo defiende que la ausencia de una verdad absoluta es la propia esencia de la democracia. Proclama que la verdad ha dejado de tener sentido en la sociedad actual. Ya no son necesarios los sabios de la caverna de Platón para guiarnos, incluso contra nuestra voluntad.

Acercando ambas posturas, el final de la economía, al menos como la entendemos hasta ahora, significaría el destierro de una única interpretación del comportamiento económico de la sociedad. Igual que la física abjuró de sus principios deterministas, la economía no está sujeta a leyes inmutables. Se olvida con frecuencia que la persona está el centro de la economía. De ahí se desprenden las empresas, los balances y complejos instrumentos financieros. Sin nadie en la tierra, la manzana seguirá cayendo, pero nadie podrá verla y menos aún vender o comprar. La situación económica es el reflejo de las personas, de sus estados de ánimo, frustraciones e incertidumbres pero también de su ilusión, esfuerzo y constancia.

Estamos por tanto ante una economía más personalista, una economía débil, en la que la ausencia de certezas provoca desasosiego. Una economía adolescente que acaba de abandonar la infancia y que busca nuevas perspectivas, con sus miedos e ilusiones. Es lo que tiene hacerse mayor, las seguridades se esfuman y el futuro es sinónimo de incertidumbre, por mucha indignación que provoque el presente.

Por ejemplo, la realidad del mercado se ve cuestionada por la emergencia de países como China que juegan con las cartas marcadas. Con una dualidad que le permite comerciar con el exterior libremente pero sin una libertad interior. Condiciones laborales, salariales, medioambientales que se dan por hecho en Europa no encuentran su espacio en los nuevos países productores. Productos que hacen bajar el precio de sus competidores, produciendo el mismo efecto predicho por Perelman, pero por diferentes causas.

El comportamiento de las personas se ha sofisticado a lo largo del tiempo, pero esencialmente seguimos comprando y vendiendo. Por ello no podemos olvidarnos de todo lo aprendido hasta ahora, con refinados modelos, leyes y predicciones. Pero no acertaremos a comprender, y menos a mejorar las perspectivas económicas, sin tener en cuenta su dimensión humana. La economía sigue viva, pero débil.
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(*) Jordi Paniagua, profesor de Econometría de la UCV

Ilustración: Carlos Sánchez Aranda

1 comentario

Alejandro escribió
31/05/2011 17:07

Me gusta mucho la metáfora pero los adolescentes tienen a sus padres y a otras personas mayores... De quien aprenderá La Economía?

26 may 2011

Meteorología y Política

http://www.valenciaplaza.com/ver/26671/Meteorolog%C3%ADa-y-Pol%C3%ADtica.html

Meteorología y Política

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 26/05/2011 "Al igual que no esperamos que el hombre del tiempo nos facilite la previsión a un año vista o que solucione el efecto invernadero, no podemos pretender lo mismo del político. Pero sí una gestión eficaz del presente y una visión para afrontar el futuro..."

VALENCIA. En los días posteriores a las elecciones, los meteorólogos políticos cambian las nubes y soles del mapa del tiempo por gaviotas y rosas. En meteorología se distingue entre la previsión del tiempo y la del clima. El clima son las condiciones meteorológicas a largo plazo y el tiempo a corto plazo. El cambio climático no implica que vaya a llover mañana, pero sí que identifica un cambio de tendencia, con sus consecuencias en el presente del futuro.

Con una serie de variables como la temperatura, la presión atmosférica y la velocidad del viento, pueden determinar con bastante exactitud el tiempo (l'oratge) a corto plazo para un lugar en concreto. La información más relevante para la predicción del oratge de mañana es el tiempo de hoy. Si hoy hace sol, es muy probable que mañana también luzca.

En economía existen conceptos similares, como las llamadas 'series autoregresivas', cuyo comportamiento futuro depende en gran parte de su evolución pasada. La cotización de la bolsa a corto plazo puede verse influida por el resultado inmediatamente anterior y por otros condicionantes exógenos y aleatorios. A partir de esta información, se establecen las predicciones económicas futuras.

De igual modo, las previsiones a corto plazo de las encuestas políticas son cada vez más ajustadas. Influyen diversas variables judiciales, económicas y movimientos sociales, junto con la gestión propia y ajena durante la legislatura. Pero uno de los factores decisivos es quién ganó las elecciones anteriores. Por esta inercia, el tiempo de la política valenciana es parecido al de hace cuatro años: altas presiones en la calle Quart y bajas en Blanquerías.

La política meteorológica también distingue entre tiempo y su clima. A medio plazo se intuye un cambio de presión en la atmósfera política nacional. Una variación del clima español que podría afectar a nuestro oratge político. El previsible anticiclón de Madrid puede interiorizarse en borrasca al llegar a Valencia. Por una parte, ya no se podrá culpar a la Moncloa de la gota fría en Valencia. Por otra, habrá que analizar si la serie de presidentes de la Generalitat reconvertidos a ministros es autoregresiva. También podría serlo la sucesión candidatos a la oposición o, mejor, a la descomposición.

Sin embargo, no es el tiempo de hoy o el de mañana el que más preocupaciones crea, sobre todo desde la invención del paraguas o el aire acondicionado. Inquietan las condiciones a largo plazo, y sus expectativas. La espartiflación (Estancamiento+paro+tipos altos+inflación), nuestro particular agujero de ozono, puede producir un sobrecalentamiento económico con ramificaciones políticas y sociales imprevisibles.

Al igual que no esperamos que el hombre del tiempo nos facilite la previsión a un año vista o que solucione el efecto invernadero, no podemos pretender lo mismo del político. Pero sí una gestión eficaz del presente y una visión para afrontar el futuro. Para frenar el cambio climático los meteorólogos se han dotado de un organismo que asesora e investiga, el IPPC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) y otro que actúa, el Protocolo de Kioto.

Nuestros recién elegidos representantes, sin olvidarse de resolver los problemas concretos del presente, podrían poner en marcha iniciativas similares para el futuro: El PICP, Panel Intergubernamental Contra el Paro o el Protocolo de Valencia, para aportar ideas claras y medidas concretas para frenar el desempleo y reactivar la actividad económica. Aunque haga sol hoy, no olviden el paraguas.
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(*) Jordi Paniagua Soriano es profesor de Econometría de la UCV