7 jul 2014

Cómo conseguir que la inversión extranjera regrese a Valencia

http://www.valenciaplaza.com/ver/135068/-como-conseguir-que-la-inversion-extranjera-regrese-a-valencia-.html

VALENCIA. Tras más de tres años desde la supresión del organismo autonómico dedicado a la atracción de inversión foránea (VCI), el Consell ha decido volver a interesarse por la inversión extranjera. Es una buena noticia. No podemos más que alegrarnos por el renovado interés de la Generalitat por una actividad económica que crea empleo, aumenta la competitividad de las empresas locales y genera valor para la economía receptora.
La inversión extranjera es uno de mis temas favoritos y desde mi primera colaboración en Valencia Plaza, he escrito sobre la inversión extranjera (y particularmente en Valencia) en siete ocasiones más: (aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y por último aquí). En los ratos libres entre clase y clase me dedico a investigar sobre la inversión extranjera y algo he publicado al respecto (aquí, aquí, aquí y en prensa aquí).
Me ha sorprendido lo que he podido leer al respecto en la prensa valenciana: "Mejorar el conocimiento de idiomas, reducir el coste energético, dar facilidades burocráticas, una armonización fiscal o flexibilidad laboral son factores claves para que la Comunitat Valenciana pueda atraer y aumentar su inversión extranjera".
Puede que me pierda en la traducción, ya que estoy en plena desconexión durante unos meses, pero el Consell (exceptuando quizá los idiomas) no tiene ninguna competencia en lo que se apunta como factores claves para la atraer inversión a Valencia. No me gustaría pensar que fueran, como en otras ocasiones, una declaración de buenas intenciones sobre las que se pueden descargar fácilmente responsabilidades si luego los inversores deciden mirar hacia otras latitudes.
Causa además asombro el segundo punto (reducir el coste energético), precisamente un tema sobre el cual me han invitado a investigar en la Cátedra de Sostenibilidad Energética de la UB. Una intervención en el mercado energético para favorecer a un determinado grupo, además de ser ilegal, causa una fuerte distorsión del mercado (por ejemplo en la crisis del petróleo de los años 70). Por tanto, no ayuda precisamente a atraer  la inversión extranjera.
Las medidas ad hoc para atraer empresas foráneas (véase caso de Las Vegas Sands), suelen tener un efecto contrario al su objetivo. Primero, fomentan un clima de incertidumbre, ya que nos fácilmente reversibles en el devenir político. Segundo, crean perjuicios a los competidores locales que no disfrutan de esas medidas. Sirva como precedente el caso Ciudad de la Luz, donde el Consell debe recuperar todas las ayudas concedidas en contra de la libre competencia.
Suelen ser personas muy preparadas las que dirigen empresas multinacionales en otros países. No van de compras en al extranjero siguiendo las campañas las marketing de las distintas regiones. Los planes, páginas web, subvenciones o discursos quedan bien, pero las multinacionales buscan oportunidades de negocio.
Es cierto que vendrán a Valencia (o no) por una serie de motivos asociados con el territorio. Pero los principales determinantes son internos de la propia empresa y se resumen en las ventajas competitivas que encuentran para producir o comercializar sus productos en el extranjero. Los condicionantes locales juegan un papel relevante, sobre todo para determinar los costes de transacciones relacionados con la inversión.
Más allá del interés taxonómico o académico, la capacidad de influencia en las decisiones empresariales (habitualmente inconexas) que tiene una Administración autonómica (o nacional) es limitada y se reduce a asegurar unas reglas del juego claras, predecibles y transparentes.
La teoría y las evidencias empíricas en materia de inversión extranjera sugieren que el principal factor externo que atrae la inversión es el crecimiento del PIB. El principal escollo son los costes de transacción (distancia, estabilidad institucional y demás costes de hacer negocios). Como poco podemos hacer en cuanto a la distancia y la economía de nuestros vecinos, la política más sensata para atraer inversión extranjera es fomentar el crecimiento económico en la Comunidad Valenciana.
Sin unas expectativas de negocio claras (por ejemplo, consumidores dispuestos a comprar productos foráneos), poco se podrá hacer para atraer la inversión extranjera. Si a ello añadimos alguna mejora en temas recurrentes que nos benefician a todos como la rapidez de la justicia, la educación o la corrupción -temas en los que sí tiene competencia el Consell- previsiblemente crecerá la inversión (extranjera y también la valenciana).
Por tanto, si el Consell considera ahora que es buen momento para ocuparse de la inversión extranjera podría simplemente hacer bien el trabajo que tiene encomendado: preocuparse por el crecimiento económico y bienestar de sus ciudadanos. Si además quiere favorecer aún más la transparencia, podría empezar por aclarar ciertas cuestiones relacionadas con su propia agenda en materia de inversión extranjera:
Primero, explicar la estrategia y actuaciones en esta materia desde que se decidió prescindir de un organismo propio de atracción de inversiones en 2010. (Por cierto, el primer organismo público en suprimirse a causa de los recortes fue precisamente el competente en el inversión extranjera, VCI). Podrían a su vez comparar el modelo actual con el de una agencia dedicada (como en Cataluña o Madrid) para evaluar la efectividad de su decisión.
Segundo, cotejar la información para el inversor que suministra actualmente la propia Generalitat en las páginas dedicada a la inversión en Valencia tanto del Ivace como del ICEX (que por cierto son idénticas). Ya apuntamos aquí hace más de un año las estrambóticas sinrazones para invertir en Valencia como el "el nuevo de Castellón" o que "El transporte transoceánico desde Valencia se puede efectuar por mar o por el eje Madrid-Lisboa" (sin comentarios).
Tercero, analizar en profundidad y asépticamente las razones por las cuales la inversión extranjera languidece y esquiva la Comunidad Valenciana. Como puede apreciarse en el gráfico que ofrece el Ministerio de Economía, el espectacular crecimiento de la inversión en el 2013 ha sido de apenas 67 millones de euros, dejando como anécdota el crecimiento anunciado del 72%.
Si además se contextualizan los 166 millones de euros de Valencia con los 8.635 y 3.511 millones, de Madrid y Cataluña respectivamente, podremos entender que no es inversión extranjera todo lo que reluce. Si escrutamos un poco más en los datos descubrimos que la mayor parte de la inversión extranjera se traduce en búsqueda de gangas inmobiliarias. Es decir, aquella que ni crea empleo cualificado, ni aumenta la competitividad ni genera valor añadido a la economía, más bien al contrario.

Por último, podemos pensar en algunos pequeños cambios con los que relanzar la inversión extranjera con coste relativamente bajo. Por ejemplo, traducir al inglés las licitaciones públicas, fomentado la participación de empresas foráneas que aumenten la competencia y reduzcan los precios. Con ello, se incentivaría que las empresas extranjeras presten sus servicios a la administración autonómica y local.
Abrir las incubadoras de empresas al capital extranjero, incentivar la creación de empresas de capital mixto, fomentar la relación universidad-multinacional, incorporar a profesores extranjeros a las aulas en igualdad de condiciones, abrir la competencia en sectores vedados como el audiovisual o la agricultura, serían otras acciones que permitirían que la economía valenciana vibre eficientemente.
Reducirían costes en la Administración y aumentarían la competitividad de nuestra economía. Aunque intuyo que todas estas medidas no están alineadas con las de los rent seekers (o confiscadores de rentas públicas) habituales de nuestra geografía, sí que nos invitarían a pensar que el Consell se vuelve a tomar en serio la inversión extranjera (y la economía).

3 comentarios

Jordi Paniagua escribió
17/07/2014 10:51 Gracias por los amables comentarios. El comercio internacional es en efecto muy importante, de hecho gran parte de las empresas extranjeras exportan sus productos (por ejemplo la Ford). Hay bastante literatura al respecto. En cuanto al inglés, los resultados empíricos sugieren que utilizar la misma lengua que el inversor (aunque no sea la ofical del país), incrementa tanto el comercio como la inversión.
Rafael Navarro Lava escribió
11/07/2014 16:30 Hola Jordi: Es un gran articulo, solo quería comentarte un par de cosas. La clave pienso que esta en el comercio internacional, de hecho ando metido en varios proyectos con Reino Unido y Cuba para traer a España y por supuesto, a Valencia, inversores y empresas...y vía contraria, de aquí a allá. Seria interesante tener proyectos en forma de licitaciones internacionales para ello en España y en Valencia también. Un saludo.
marc escribió
10/07/2014 18:31 excelente artículo, Jordi. Crees que si los valencianos habláramos mejor el inglés, eso abriría puertas a inversores extranjeros? crees que es un tema clave? gracias

23 jun 2014

Bolonia y el teorema central del límite

Publicado en el blog de ALDE 23 jun 2014 : http://blogaldeaglobal.com/2014/06/23/bolonia-y-el-teorema-central-del-limite/

Ilustración: Carlos Sánchez Aranda / Texto: Jordi Paniagua
Atendiendo a dos simples predicciones del teorema central del límite, se podría haber intuido en buena medida  la maraña boloñesa en la que se encuentra la universidad española (excepto medicina y arquitectura, que con las cosas serias no se juega). Seguramente las cabezas pensantes que diseñaron el método pedagógico del plan Bolonia sabrán explicar a la perfección el teorema del límite central. Incluso con dibujos, rincones y divertidas dinámicas de grupo. Pero da la sensación que no han acabado de entender las implicaciones reales que tiene sobre los estudiantes, profesores, la calidad y el futuro de nuestras universidades.
No es la primera vez que un descuido por la teoría del muestro tiene consecuencias en la vida real. Cuentan los historiadores de la estadística que cuando Sir Isaac Newton estaba al frente de la casa de la moneda del imperio británico, ya conocía las implicaciones del teorema central del límite (Stigler, 1977). Desde el siglo XIII, se toma una muestra de monedas de la corona británica para asegurar su calidad, tanto en peso y en forma. Los encargados de acuñar la moneda real se hacían directamente responsables con su vida del valor en oro de las monedas con la efigie real. El problema era que hasta el siglo XVIII se suponía que la desviación distribución muestral resultante era proporcional al de la población. Newton, como cualquier estudiante de Grado, sabía también que la dispersión de la muestra es inversamente proporcional a la raíz del número de monedas muestreadas. La amistad y respeto que sentía Sir Newton por de Moivre- el padre del teorema central del límite- queda de manifiesto en las palabras del físico británico: “Vayan con Abrahám de Moivre a consultar ésto. Él sabe mucho más que yo de estas cosas”. En cambio, todo hace suponer que Newton conocía perfectamente las implicaciones de las conjeturas de su compañero en la Royal Society y pudo amasar una considerable fortuna con la diferencia.
Parece razonable pensar que la exigencia de evaluación continua que exige el plan Bolonia influya en el tiempo que los profesores pueden dedicar a la investigación. Es un reto poder combinar las dos facetas que se exigen de un profesor universitario y se resiente bien la calidad de la enseñanza o de la investigación. Adicionalmente, el diseño del sistema de evaluación perjudica a los alumnos, especialmente a los que quieran tener un mejor expediente. Es una de las consecuencias inevitables del teorema del límite central, cuantas más muestras de evaluación obtengamos, más estrecha será la distribución resultante. Si algunos de lectores examinan las notas de sus grados a la boloñesa y las comparan con las de la licenciatura seguramente observarán como ha descendido el número de matrículas de honor (pero también de suspensos).
El teorema del límite tiene dos implicaciones importantes. Primero nos permite inferir propiedades de una población con una muestra más pequeña, al asegurar la media de una muestra representativa será igual a la de la población. Además, la distribución muestral seguirá una distribución en forma de campana o normal. Hasta aquí todo bien. Pero la implicación más relevante y más olvidada –excepto para Newton- es que la desviación típica de la muestra se reduce con respecto a la de la población. De forma intuitiva, pensemos en las notas de los estudiantes. El rango de notas de todos los alumnos variará entre 0 y 10. En cambio, es improbable en una muestra de, digamos 30 alumnos, caigan justamente dos con los valores extremos.
De igual manera, si recogemos varias muestras lo que los pedagogos llaman “evidencias de aprendizaje continuo” observaremos que la dispersión de las notas finales se reduce con respecto al tradicional examen final de la licenciatura. Es tan inverosímil que un alumno brillante obtenga un 10 en todas la pruebas como que otro menos aventajada suspenda todas y cada una de ellas. Este hecho puede parecer inocuo, pero-como para Newton- está teniendo consecuencias relevantes en el calidad de nuestra enseñanza e investigación científica universitaria, como parecen sugerir los resultados de varios estudios (por ejemplo García-Gallego et al. 2012  Jensen 1988; Friedrich y Michalak, 1983)
Se me ocurren al menos tres repercusiones. Primero, la evaluación continua del plan Bolonia, no consigue elevar las notas medias de los estudiantes. Un melón es un melón aunque lo cortemos en doce trozos, tan solo puede que despreciamos los dos extremos. Por tanto, segundo, es un sistema que premia a la hormiguita aunque sea mediocre y oprime a la cigarra aunque sea brillante. Por lo que al final de la jugada tenemos los mismos resultados-de promedio-pero menos estudiantes con expedientes brillantes que puedan competir con sus colegas, ya no europeos, sino americanos, coreanos, chinos… Tercero, obliga al profesor a preparar toda una serie de pruebas, tests, controles, ejercicios que minoran el tiempo que podemos dedicar a la investigación. (Aunque esto es otro tema que trataremos más adelante, ya que nos pagan fundamentalmente por enseñar pero nos miden por publicar). Imaginemos, por ejemplo, el caso de un alumno que no ha entregado ningún trabajo pero resuelve perfectamente el examen. Puede que no haya demostrado un trabajo constante durante el curso, pero ha demostrado dominar los conceptos de la asignatura. ¿Debemos suspenderlo? Con Bolonia en la mano, seguramente sí…
En cuanto a las soluciones, podríamos pensar en una doble vía de evaluación, dejando al alumno escoger al principio de curso si opta por la evaluación continua o por el tradicional examen final. Adicionalmente se podría ponderar de manera diferencial la dedicación del profesorado en función de los alumnos con o sin evaluación continua. Por ejemplo, aumentando los créditos de las asignaturas que requieren un seguimiento especial. De esta manera se conseguiría balancear de forma más eficiente las actividades docentes e investigadoras. Y de paso, según el teorema central del límite, acabaríamos firmando actas con algunas más matrículas de honor.

2 comentarios

 
Gonzalo García Abad
jun 24, 2014 @ 07:22:41 Editar
Muy interesante artículo. Creo que tiene usted razón en la importancia de las calificaciones. Es evidente que el sistema educativo debe ayudar a la gente a aprender, cierto. Pera también debe servir para señalizar quienes son las personas con mayores capacidades; tales como la inteligencia, la capacidad de poner interés y entusiasmo en sus proyectos o el esfuerzo, por poner algunos ejemplos. Sería discutible si con un sistema de evaluación continua se aprende más o no. Puede ser que haya estudiantes que aprendan más con evaluación continua y otros con un examen final. Lo que no parece discutible es que si las notas tienden hacia una menor dispersión se está perdiendo la capacidad de señalizar quienes pueden ser los más capaces, más aun, como bien señala usted en un mundo con fuerte competencia internacional.
Reciba un saludo.
Completamente de acuerdo. La Universidad española camina con paso firme y decidido hacia la espléndida mediocridad. Ahora lo que importa no es la excelencia, sino la estadística descriptiva (tasas de éxito, tasas de abandono… ) y la “inclusividad”. Con Bolonia y la Logse hemos creado la primera generación de españoles peor formada que la anterior. ¡Todo un logro!

19 jun 2014

Sin empleo no hay paraíso

Publicado en ValenciaPlaza 19/06/2014: http://www.valenciaplaza.com/ver/133773/-sin-empleo-no-hay-paraiso-.html

 
VALENCIA. Hay algo que no funciona en Valencia. Si profundizamos en las pocas noticias positivas veremos que revelan unas carencias profundas de nuestra economía. Por ejemplo, el grupo sueco Ikea ha decidido abrir una tienda en Valencia y ha contratado a 400 personas. Hasta el momento todo bien, pero fue tal la avalancha de solicitudes (20.000 en 48 horas) que se colapsaron sus sistemas informáticos.
La multinacional escandinava del mueble ha contratado como mucho a dos de cada cien candidatos. Para contextualizar esta cifra pensemos que en Harvard admiten a al 6% de los candidatos. Es decir, es casi tres veces más difícil ser admitido en una tienda de muebles con unos requisitos de formación de estudios secundarios que entrar en una de las mejores universidades del mundo.
Es evidente que algo no funciona bien en Valencia cuando hay más probabilidades de estudiar en la Ivy Leage que vender muebles. Ni decorando el nuevo Mestalla con muebles de Ikea parece que pueda solucionarse el problema más grave que tenemos en Valencia (y en España).
Sin empleo nada funciona. Las familias, empresas, las instituciones, los servicios públicos y privados, el Estado, las autonomías, ayuntamientos necesitan personas que trabajen y acumulen suficientes rentas para poder interactuar eficazmente entre ellos. El empleo engrasa el mecanismo económico y social al proporcionar unas rentas suficientes para cubrir necesidades propias y ajenas.
Por tanto, no sería descabellado subordinar nuestras preconcepciones en materia de política económica al tratar el problema del desempleo. Un buen comienzo en este sentido sería observar y ponderar asépticamente la efectividad de las distintas medidas que se han adoptado. Por ejemplo, la expansión cuantitativa en EEUU y las políticas de reducción de gasto en Europa y en especial en España.
La figura muestra la evolución de la tasa de desempleo en Valencia (naranja) y España (azul) desde el 2002. Hasta el año 2009, la evolución de ambas tasas ha ido de la mano, para luego divergir. Desde el inicio de la crisis el paro en la Comunidad Valenciana ha estado sostenidamente por encima de la media nacional. Es preocupante no solo por la deficiente comparación con la media, sino por el diferente ritmo de recuperación que necesitaríamos en Valencia para volver a unas tasas de paro razonables.
Fuente: INE
Pensemos, por ejemplo, en un objetivo del 10% de paro (atendiendo a las cifras de paro en el periodo 2002-2007). La tasa interanual de paro ha caído en España (1.01%) y en Valencia (0.69%) entre desde el 2013. A este ritmo, España necesitaría 16 años para volver a los niveles precrisis. Y en Valencia, 25 años, es decir hasta el año 2039.
Este cálculo rudimentario nos da una intuición de cuánto tardaríamos en recuperar unos niveles de empleo saludables con las políticas actuales. Si no se reduce significativamente el desempleo en un plazo breve, el paro nos reducirá a nosotros. Tendremos un país económicamente demasiado pequeño para financiar los servicios (públicos o privados) con un 25% de paro en una sociedad que envejece progresivamente y que expulsa a los jóvenes mejor preparados al extranjero.
En cuanto a las medidas, hay algunas que funcionan (en EEUU) y otras que no tanto (en Europa). El siguiente gráfico muestra la evolución del empleo en EEUU, y las comparaciones, en este caso, son lamentables para Europa, España y Valencia en particular.
Fuente: El País
Al cabo de seis años, el empleo no agrícola en EEUU (línea roja) ha recuperado sus niveles de antes de la crisis. Más aun el empleo total (línea azul) está cerca de conseguirlo. Las medidas que ha tomado la Reserva Federal han logrado frenar la sangría de desempleados en Norteamérica. Por el contrario, las políticas titubeantes de nuestras latitudes no han conseguido prácticamente nada en relación con el empleo. Un análisis más pormenorizado de otras variables se puede consultar aquí.
Sorprende que cuando cambian los hechos, no se cambien las opiniones. En este sentido cabe interpretar también el resultado de las elecciones europeas: "Señorías, o cambian sus políticas o les cambiaremos a Ustedes". Sería conveniente por ello empezar a considerar las opiniones de los economistas que sin tanto ruido mediático pasan la prueba del algodón del google académico.
Las políticas adecuadas son las que se muestran eficaces y no las que más retweets reciben. Tolstói hubiera necesitado 61 años y nueve meses para escribir Guerra y Paz con un tweet diario. Esperemos no tener que aguardar tanto tiempo para darnos cuenta que las políticas que funcionan son las que mejoran los datos económicos y no las que refuerzan nuestros apriorismos intelectuales.

2 comentarios

JoJo escribió
24/06/2014 13:36 Y para rematar la faena, ahora el gobierno obliga a pagar IRPF a las indemnizaciones por despido. No han pasado ni dos años de la fallida amnistía fiscal y ahora los que han de pagar impuestos son aquellos que pierden su empleo.
Fdax escribió
19/06/2014 10:31 El paro ES el problema, es un insulto oír hablar de recuperación de crisis cuando no se puede trabajar porque: 1.- no hay trabajo y 2.- las leyes impiden al individuo ejercer trabajos(vía salario mínimo, cotización de autónomos, permisos para venta ambulante o contribuciones sociales:añadiendo sobrecoste y burocracia, algo más que un diezmo). Esa es la verdadera crisis de la que nadie habla ya, el resto son cacahuetes. Totalmente de acuerdo. Pero hay que cambiar muchas cosas, desde la base. E intentar impedir que los gobiernos puedan ejercer políticas monetarias vía impresión: recordemos que eso sólo lo puede hacer quien ostenta la moneda del 70% de las transacciones mundiales y la fuerza militar. El resultado de esa política en Europa o España sería similir al resultado en Argentina o Venezuela. Retomemos la responsabilidad individual, ejerzamos la libertad correspondiente e impidamos que el gobierno actúe como padre: recuperemos nuestra independencia y demos la espalda a las divisas fiduciarias que tanto mal, de verdad, hacen a la sociedad. Ivy League= Sanguijuelas.

30 may 2014

¿Cómo Podemos explicarlo?

Publicado Blog ALDE 30/05/2014
http://blogaldeaglobal.com/2014/05/30/como-podemos-explicarlo/

¿Cómo puede aparecer de improvisto un nuevo contendiente diferenciado de la competencia en un mercado dominado por un duopolio?

Cualquier estudiante de economía avispado podría relacionar esta cuestión con tres referencias fundamentales: Hotelling (1929), Coase (1937) y Schumpter (1934).
Supongamos que dos organizaciones suministran al mercado un producto indiferenciado, como agua mineral (en la versión del paper) o helados (en la versión libro de texto). Según Hotelling, el equilibrio se alcanza mediante una distribución  geográfica del mercado desde el centro. Es más, ninguno de los dos tiene incentivos para diferenciarse, ni en productos ni en ubicación. Hotelling reparó en la inercia en las preferencias personales. Pocos son los consumidores que cambian de marca ante pequeñas variaciones en las características de las commodities. Los hábitos, las preferencias personales así como posibles costes de cambio hacen que la mayor parte de nosotros cambiamos poco de compañía telefónica… o de voto.
Parece ahora evidente que lo que la prensa llama bipartidismo es para los economistas un caso clásico de duopolio encerrado en el bucle de Hotelling, como ya se apuntaba hace algún tiempo aquí. Hotelling nos ayuda a entender también otros fenómenos curiosos, como por qué ninguna universidad española se encuentra entre las 200 mejores del mundo.  Parafraseando al el matemático y economista americano, estamos ante una situación que produce programas progresistas para votantes de izquierdas y programas conservadores para votantes de derechas, pero todos los programas se parecen demasiado. La frase con la que el matemático y economista americano acaba su seminal paper lo dice casi todo: “cider is too homogenous”! El voto en España sigue el patrón de Hotelling.El siguiente gráfico muestra como PP y PSOE han llevado su carrito de helados al centro y se han repartido su mercado entre norte y sur:

Ante esta situación idílica y estable, ¿cómo pueden aparecer terceros en discordia? Más allá de los fallos en el razonamiento de Hotelling (d’Aspremont, et al., 1979), la respuesta más sencilla la encontramos en el artículo “The Nature of the Firm” de Coase en 1937. Las organizaciones incurren unos costes de gestión internos a medida que crecen, por lo que presentan unos rendimientos decrecientes en su función de emprendimiento. Los mastodontes incrementan la propensión a cometer errores por parte de sus dirigentes. Por estas razones, no pueden  crecen indefinidamente y aparecen otros competidores.
¿Y por qué nadie lo vio venir? Schumpter (1934) aseguraba que de las organizaciones establecidas no surgen las  innovaciones disruptivas. Son precisamente los nuevos actores los que cambian las reglas del juego. De la estructura, los estatutos y la inercia pueden surgir pequeñas variaciones de productos o discursos, pero rara vez un cambio de programa.
Puede que la irrupción de partidos como Podemos en España, Syriza en Grecia o el movimiento cinco estrellas en Italia obedezca también a otros factores- que nos deberán explicar sociólogos o historiadores. Pero para un economista, lo realmente sorprendente es que nos sigan sorprendiendo fenómenos que conocemos bien desde hace casi un siglo.

10 ene 2014

València és un gran trencadís


València és un gran trencadís

JORDI PANIAGUA. 10/01/2014 "València ha esdevingut un gran trencadís buit i gèlid. Al caure'n les peces més brillants, han deixat al descobert un substrat que ja no s'il·lumina. Com el trencadís caigut, València ha deixat de lluir..."
 
VALENCIA. València és un gran trencadís. Des de lluny llueix molt, de més a prop es veu fragmentada i s'esvoranca per defectes de construcció. El símbol de l'avantguarda valenciana, es desfà per la façana. Encara que el Consell assegura que no repararà els desperfectes «hasta que tengamos a alguien que lo pague»,  prompte començaran a llevar-li la rajola esmicolada que ha representat a València pel món sencer des de fa ja més de vint anys. De moment, els tres milions que costarà treure el puzle blanc, que s'hagué de ficar un a un a mà, l'assumirem vostè i jo. El descrèdit i la incompetència, segurament també.Recorde una conversa de fa anys on un prestigiós arquitecte de València em comentava amb tristesa que teníem una "ciutat íntima que es podia viure palm a palm, pels seus carrers estrets i vells, pel seu eixample vigorós i ordenat, pels seus barris bulliciosos de poble..." I ara, m'afirmava amb dol, "d'aquella València marinera de la llum i color volen fer-ne una estructura gran, freda i blanca. És una peça buida que te un difícil encaix a l'estructura de València com a ciutat".
En aquell moment pensava que el seu punt de vista era fruit de la nostàlgia del passat o fins i tot de l'enveja professional. Jo entenia la Ciutat de les Arts (i les Ciències, encara que menys) com el símbol de la València moderna, emprenedora, vitalista i amb peu al passat i un altre al futur. Possiblement era més jove i no comprenia com el pes de la ignorància podia fer caure els símbols com si de trencadís es tractara.
València ha esdevingut un gran trencadís buit i gèlid. Al caure'n les peces més brillants, han deixat al descobert un substrat que ja no s'il·lumina. Com el trencadís caigut, València ha deixat de lluir i absorbeix pàl·lida, amb cara de formigó mig acabat, la llum dels esdeveniments. Però como el mosaic del trencadís, València te la flexibilitat suficient per reordenar-se i tornar a ser una ciutat íntima, alegre i plena de llum.

5 comentarios

Xavier escribió
11/01/2014 22:39 Ben cert que València llueix de lluny. De mes prop es veu bruta i empobrida.
petra escribió
11/01/2014 11:19 No ens podem quedar mirant el trencadís amb nostàlgia i intimitat. Els que han causat la desfeta han de pagar-la¡
Vicent Soler escribió
11/01/2014 09:17 Una metàfora molt ben trobada, com també.el canvi de percepció sobre la modernitat urbana.
josep escribió
10/01/2014 22:32 Empacho de desprendimiento lírico a la moda. Uff!
Joanot escribió
10/01/2014 11:33 Enhorabone per l'article. Pel contingut i per l'idioma escollit. Si realment apreciem el nostre idioma i cultura, no deuriem d'emprar-ho amb normalitat, sense tabús de cap tipo? Que vostés no estan relacionats amb l'àmbit de la docència i la Universitat i per tant deurien d'usar més l'idioma propi, i altres més, i no només el castellà? Valenciaplaza podria fer molt més per la normalitat del valencià. Veig moltes firmes de noms en valencià (Joaquim, Vicent, Jordi, etc...) però amb moltes reticències a l'hora d'usar-ho (serà perque s'avergonyeixen?), i no em diguen com a pretext això de que el castellà ho comprén més gent perque és la nova excusa del nacionalisme castellà-espanyol, tan etnocida i racista amb els pobles espanyols que tenen dos llengües cooficials...


23 dic 2013

El mundo es redondo y un país no es una empresa

http://www.sintetia.com/el-mundo-es-redondo-y-un-pais-no-es-una-empresa/


Colón descubrió América en 1492 con el convencimiento que el mundo no era plano ante la incredulidad de los gobernantes de su época. Cinco siglos más tarde, hemos cambiado reyes por presidentes de gobierno. Lo que no ha cambiado es su insistencia en que el mundo es plano con argumentos del estilo:El gobierno y las CCAA tienen que apretarse el cinturón, como ya lo han hecho en España las familias y las empresas” y “no se puede vivir gastando más de lo que se gana”.
flat_earth-edit
El argumento es el siguiente: una empresa, al “apretarse el cinturón” reduce gastos y puede vender sus productos a un precio más competitivo que sus rivales y aumentar sus beneficios. Más allá de las perturbaciones financieras por un desapalancamiento masivo (efecto Minsky), nuestros gobernantes adaptan este razonamiento del nuevo mercantilista a sus países: Si todos nos apretamos el cinturón (administraciones, empresas y familias), conseguiremos vender nuestros productos fuera a un menor precio, aumentarán las exportaciones y con ello el crecimiento económico y el empleo.
Es un razonamiento sensato si no fuera por el hecho que el mundo es esférico y cerrado. Me explico: el mismo razonamiento en sistemas cerrados y abierto llega a conclusiones contrapuestas. En un país cerrado, si  todas las empresas bajan sus costes y precios todos nos volvemos más pobres: primero, no hay ninguna ventaja competitiva con el resto de empresas y segundo, aumenta el desempleo fruto de la reducción de costes. En un país menos cerrado el efecto no es tan gravoso ya que puede exportar parte de sus productos. Pero al ser el mundo redondo, mis exportaciones son a costa de importaciones (y empleo) de los demás países del mundo. El superávit alemán, por ejemplo, no es compatible con la recuperación europea, máxime cuando la mayoría de sus exportaciones se dirigen precisamente al resto de Europa.
Tampoco conviene olvidar que un país no es una empresa (Krugman, HBR 1996). Las empresas y familias estamos acostumbrados a utilizar sistemas de referencias abiertos. Es cierto que una empresa consigue aumentar sus beneficios reduciendo sus gastos. En cambio, los economistas normalmente trabajan con sistemas menos abiertos, como un país. A mayor agregación, más cerrado es el conjunto comercial. El mundo en su conjunto es (a pesar de hipotéticas invasiones alienígenas) es un sistema cerrado.
La confusión entre una empresa y un país conduce a que políticas económicas aparentemente sensatas para una corporación tengan efectos negativos cuando se aplican a un país en su conjunto.  La diferencia entre ambos razonamientos ha llevado a fracasos estrepitosos de empresarios al frente de las administraciones públicas. La habilidad manifiesta de empresarios por observar oportunidades de negocio en sistemas abierto no es ninguna garantía para que sepan gestionar sistemas cerrados. Un general puede ganar una batalla, pero hay batallas que conviene perder para ganar la guerra.
Es por ello, que a nivel nacional el empleo que genera la exportación se detrae de otras actividades económicas. España es un país relativamente cerrado en sí mismo (en demasiados niveles, no solo el económico). Por ello, la inversión en actividades exportadoras se detrae de otras actividades, como la construcción. Existen además fricciones significativas en el mercado laboral. No todos los obreros pueden recolocarse en la Ford para exportar coches. Por consiguiente, el empleo generado los sectores con más actividad exterior también se detrae del resto. La magnitud de la diferencia entre desempleo precario y empleo de calidad depende de varios factores como la movilidad laboral y apertura al exterior. En cualquier caso, hoy en España el ratio es negativo para el empleo en su conjunto. En la transformación hacia una economía más exportadores habrá ganadores y perdedores. Es tarea de gobernantes sensatos preocuparse también por los que más han perdido en el tránsito.
No sorprende por tanto que superávit comercial que experimenta España en este momento coincida con la histórica tasa de desempleo. Pero ¿cuánto tiempo seguirán siendo competitivas estas empresa con una bolsa de desempleo en aumento y una demanda interna en declive? Más tarde o más temprano estos costes sociales recaerán sobre las mismas empresas que ahora son más competitivas. ¿No será tiempo que nuestros gobernantes “cierren” su mente y se den cuenta que el mundo no es plano?


1 comentario

Enrique  
Con toda humildad, si el paradigma actual no cambia, creo que los países han de gestionarse cada vez más como empresas: plantearse objetivos, medios para alcanzarlos, ver el progreso, analizar la competencia, atraer y retener talento y ser sostenibles financieramente. La revolución del “mas”, la “movilidad” y la “mentalidad” hacen que el concepto de país se pueda quedar obsoleto. Por que no region o ciudad? Un país es una convención jurídica que aglutina las personas y empresas que en ella residen, producen y consumen. Cuando el conjunto del país, region o ciudad no es capaz de sostener sus finanzas, o existen mecanismos de financiación alternativos, o tiene moneda propia y devalúa, o esta a merced de los prestamistas. En eso los países han de comportarse como empresas. Hay ya países que se marcan objetivos, más o menos explícitos, que consisten en exportar bien capitales o bienes no financieros, porque tienen satisfecha su demanda interna. Son países que pueden cubrir sus necesidades internas sin fondos externos. España debería plantearse precisamente eso, empezando por ser un polo de fomento empresarial no solo a nivel interno, sino de atracción exterior. Y aunque a largo plazo el modelo es de suma cero (lo que un país exporta de mas, el otro lo pierde), ello supone un mercado de demanda constante, que no es el caso a nivel mundial por el crecimiento constante de las clases medias, con la excepción de los países desarrollados, pero netamente compensado por el crecimiento en países emergentes.



Este artículo se reprodujo en Valenciaplaza.com con los siguientes comentarios:
http://www.valenciaplaza.com/ver/112194/-el-mundo-es-redondo-y-un-pais-no-es-una-empresa-.html


3 comentarios

Oscar escribió
29/12/2013 13:28 Ensalada sin ton ni son. El artículo no da la talla para subir el nivel de VAlencia Plaza
Ahric escribió
26/12/2013 18:20 Son excusas para seguir pagándose los casinos y las furcias.
txema escribió
26/12/2013 10:22 Menudo artículo más poco sensato.... En fin, todo el artículo está lleno de "la tierra es redonde porque si". ¿Que un país no es una empresa porque comite en un mercado cerrado?; ¿Que si creas trabajo en un sector se destruye en otro?. ¿Pero usted en que mundo vive y donde ha estudiado y trabajado?. En un país con un 25% de paro sus "teorías" de l equilibrio no funcionan... y que paguen por estos artículos...



16 dic 2013

¿Está usted dispuesto a pagar una tasa por ver Canal 9?




 
VALENCIA. ¿Estaríamos dispuestos a pagar una tasa por ver Canal 9? En Alemania o Reino Unido se paga una tasa por cada televisor (ahora también por cada ordenador) para financiar la TV pública. La oposición social a un sistema de tasas en España frenó el intento del entonces ministro Álvarez Cascos (1997) para establecer un sistema sostenible de financiación: "Los ciudadanos no saben lo que nos cuesta la televisión pública, es decir, la buena o mala gestión no la miden los ciudadanos en su bolsillo".
Habría que preguntar a la sociedad civil valenciana si, como en el caso de la recogida de basuras, estaríamos dispuestos a pagar un impuesto por nuestra televisión. Una consulta en este sentido hubiera dado un mejor fundamento a una decisión con unas consecuencias imprevisibles.
La primera repercusión ha sido poner de acuerdo a buena parte de la sociedad civil valenciana. Lo que no lograron las 1.000 firmas de adhesión al acuerdo de la sociedad civil por la Comunitat Valenciana, lo ha conseguido un solo botón, el de apagado. Con una decisión sin precedentes, se ha pasado del "todos menos tú" de Sabina, al "todos contra mí" de MTV . Surgiendo de la movida, hemos alcanzado las más altas cimas de un reality made in Valencia.
En unos de los últimos actos institucionales emitidos por la cadena autonómica, el President Fabra propuso una "gran alianza entre la sociedad civil valenciana" para "unir fuerzas" y "recuperar la buena imagen de nuestro territorio". Si la estrategia era poner a todo el mundo de acuerdo, aunque sea en su contra, ha conseguido ampliamente su objetivo. El idilio del M.H. President Fabra con la sociedad civil ha sido tan efímero y surrealista como el cuento del Dinosaurio de Monterroso. Decía el escritor guatemalteco que las interpretaciones de su microrrelato "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí" son tan infinitas como el universo mismo: "Cuando despertó, Canal 9 todavía estaba allí".
El sociólogo alemán Jürgen Habermas identifica dos componentes fundamentales en la sociedad civil: las instituciones que preservan derechos y los movimientos sociales que plantean nuevos derechos y demandas sociales. En cambio, la sociedad civil valenciana se encuentra cautiva entre instituciones extractivas y movimientos sociales que se comprometen poco. Los diferentes gobiernos la han exprimido hasta su cierre en función de sus intereses particulares. Pero tampoco ha habido una exigencia y mucho menos un compromiso social o financiero claro durante todos estos años.
El cierre de Canal 9 es buen ejemplo de cómo la sociedad civil valenciana languidece sin comprometerse por un proyecto común ilusionante. Primero fue la democracia, y a continuación la autonomía, la UE y finalmente el euro. Ahora no vemos metas comunes que perseguir más que un vago "salir de la crisis". Aunque no se esté de acuerdo con el planteamiento, Cataluña (y el País Vasco) tiene un proyecto concreto con el que se aglutina un sector amplio de su sociedad civil, tanto instituciones como movimientos sociales. Es una meta que vuelve a ilusionar a mucha gente, y se nota.

25 comentarios

Ximo escribió
09/12/2013 00:23 Ben cert que alguns no saben mastegar xiclet i baixar les escales a l'hora, però el realment greu és els que no saben on tenen la boca per posar-se el xiclet. Una televisió de pagament no funciona com un servei públic, una televisió de pagament aporta continguts específics per al gust d'aquells que paguen o siga l'oci, els esports i probablement molta tele-brossa, tot el contrari que deu oferir una televisió pública, cultura, art, educació, reportatges i ciència, temes que les televisions comercials tenen totalment abandonats. Una televisió pública no ha de competir amb les comercials, al contrari les ha de conplementar oferint tot allò que aquestes no ofereixen, per tant serà molt difícil que una gran part del públic pague. També és ben cert que hi ha persones que tot ho solucionen pagant, clar que deuen poder fer-ho, el que realment creen és un augment de la bretxa social, entenent que les classes més desfavorides perden drets i opcions a un millor repartiment de la riquesa.
13€ escribió
06/12/2013 23:27 alguien no sabe a la vez mascar un chicle y bajar la escalera. La pregunta es, que pasaría si en ves de financiarse contra los Presupuestos, cada valenciano pagase anualmente su parte de lo que realmente se gasta en Canal 9? Si es una tasa voluntaria, se piratearía la conexión? De momento algunos estan dispuestos a poner 35€ en la mesa. Solo es una hipótesis (con bastante desarrollo de momento).
Ximo escribió
06/12/2013 11:53 En primer lloc, jo ja pague una taxa, se'n diu impostos, el que caldria és que els nostres impostos serviren per donar-nos serveix als contribuents i no per a enriquir a polítics i amics amb projectes faraònics, a major glòria del polític i amb poca o cap i dea de rendibilitat. En el tema de la llengua ni entre, ja sap el que menysprea el valencià per quin motiu ho fa i nosaltres també.
Joanot escribió
05/12/2013 22:11 Joanot, por alusiones, en parte estoy de acuerdo contigo, aunque creo que no me entiendes. Yo no margino el valenciano. Me parece muy bien que si en una casa se habla valenciano, los padres se lo enseñen a sus hijos, lo que ayudará a mantener la lengua y de paso, ayudará al hijo a tener más facilidad para aprender idiomas. Yo no soy bilingüe porque mis padres son castellano parlantes, pero con lo que me enseñaron en el colegio y lo que estudié, me he recorrido media Europa dando conferencias pagado por la Unión Europea.....y eso con el valenciano no lo hubiera hecho. Y el paleto es el que no ve más allá de su pueblo, así que ahí no me incluyo, y me imagino que tú tampoco. Lo del inglés no es ninguna excusa. La siguiente generación no solo tendrá que hablar inglés, que eso ya se da por hecho, tendrán que saber un tercer idioma, de espectro mundial, como el francés, portugués, chino o alemán....porque el valenciano no cuela como tercer idioma......
Alberto escribió
05/12/2013 14:45 Pues que queréis que os diga, dile a un gallego, a un catalán o a un andaluz, que van a cerrar su televisión autonómica. A ver que es lo que pasa con el gobernante que se atreva. Los valencianos somos así, menyfots. Pero a ver que es lo siguiente (público) que nos irán a quitar. Por que esto no va a ser lo ultimo. ¡Botiflers!. Somos la burla de España. Una Comunidad de ladrones. Dejad de tomarnos el pelo ya. Y los palmeros iros a tocar las palmas a otro sitio, que nadie os cree ya.
Joanot escribió
05/12/2013 14:10 La excusa del inglés, Jorge, no cuela. Mucha gente como usted, la mayoría que utilizan la excusa del inglés para marginar el valenciano, en realidad son monolingües imperfectos. Es decir, sólo hablan castellano, y justito. Los bilingües tienen mucha más facilidad en hablar más idiomas. Esa es la ventaja de hablar valenciano. Por cierto, el inglés es uno de mis idiomas maternos. No es por alardear pero es que la actitud de usted demuestra un nivel de paletismo preocupante. Saludos.
Jorge escribió
05/12/2013 13:40 Creo que el que más ha sentido el cierre de RTVV es Steven Seagal, porque era el único canal que ponía sus películas.....
Paco escribió
05/12/2013 11:02 Estimado Jorge, Estoy totalmente de acuerdo contigo, comparar el valenciano con el inglés es ... simplemente absurdo. Además, la comparación de los 10 millones de habitantes de Suecia con los 10 millones de hablantes de valenciano... ¿podría darme datos más concretos y citar las fuentes a la que refiere? no estaremos confundiendo el valenciano con el catalán, y en definitiva con el francés... Vamos por favor... Además no se puede comparar la sociedad Danesa con la Valenciana, pues son entidades jurídicamente diferentes tanto en lo político, como en lo social, en lo económico y sobretodo en lo educativo. ¿Qué esta pasando en la sociedad valenciana con el valenciano? Sencillamente, que los que tienen dinero mandan a sus hijos a colegios donde no sea obligatorio el valenciano y sí el inglés, mientras que los más humildes y con menos recursos lo mandan a la educación pública, donde está dándose un auténtico "apartheid" entre inmigrantes y nacionales. No quiero levantar ampollas, pero es una realidad. Las clases de los colegios públicos se están diferenciando entre quienes hablan valenciano y quienes no, y a esto añadamos la dificultad para aprender el español, por lo que ya empiezan a aparecer clases sólo en valenciano, donde no están lógicamente los inmigrantes que ya tienen bastante con aprender español. ¿Porqué? Porque así el avance en el nivel de aprendizaje es mayor. La lengua tiene cosas maravillosas, como la posibilidad de comunicar y de unir pueblos y culturas, pero usada pérfidamente puede resultar peligrosa y discriminatoria llevándonos a discriminaciones peores que en muchos tiempos pasados. Por favor, seamos sensatos. El cierre de Canal 9 era justo y necesario, y de hecho ha sido una decisión valiente, pues el MH President acaba de firmar su sentencia de muerte para las próximas elecciones, por lo que no se puede decir que haya sido una decisión interesada.
vicent soler escribió
05/12/2013 00:28 La televisión es necesaria para la supervivencia de cualquier lengua en el siglo XXI. Un Canal 9 público, plural y de calidad es y será necesario para los valencianos, si no queremos desaparecer del mapa. Como lo es -o debería ser, TVE para el castellano. A nadie se le ocurre pedir que TVE sea de pago...
aquí no hay quien viva escribió
04/12/2013 20:56 se ha quedado corto con lo de la comunidad lingüística. Somos muchos más.
Montxo V. Sempere escribió
04/12/2013 19:17 En la misma línea de Jorge, yo también quiero que RTVE sea bajo pago de canon, pero para que sea opcional y no pagarla. Mi día a día es en valenciano, y no necesito ese canal que lo siento como extranjero.
Vicent Soler escribió
04/12/2013 12:57 Cuantas más lenguas se sepan, mejor. Es muy forzado oponer el inglés y el valenciano. Quuero recirdar que nuesta comunidad lingüística supera los diez millones de hablantes, más que la mitad de kas lenguas oficiales de la UE. A ningún danés, por ejemplo, se le acudiría oponer su lengua propia al inglés...
CAFE CON LECHE CON PORRAS escribió
04/12/2013 12:11 Estoy a favor de que mis hijos estudien el valenciano como parte de nuestra cultura porque mi abuelo lo hablaba y yo no se lo se enseñar. La cantidad de horas que lo enseñan y que puntúe mas en unas oposiciones que tener un doctorado, es de El Club de la Comedia. Y lo del CANAL9, clama al cielo. Jorge aún ha sido suave... ¿cuánta gente veía ese canal? ¿Qué podíamos encontrar que no hagan en otros canales? ¿qué pintaba un corresponsal permanente en Washington? Señores CANAL9 era una ruina total y lo mejor es que lo hayan cerrado, demasiada gente chupando del bote y corresponsales por todo el mundo en lugar de en un barrio de Massamagrell... Insisto, esto es de risa. A ver si otras comunidades toman nota.
La Chica en Llamas escribió
04/12/2013 08:53 Estoy con Jorge. En mi opinión, ignorantes son las personas que creen que es más importante estudiar más horas de valenciano que de inglés, a sus hijos el valenciano no les hará falta para nada el día de mañana mientras que el inglés o el alemán ya casi es imprescindible. Y a todos los que dicen bien alto que pagarían gustosamente para ver Canal 9 ya me gustaría ver si es verdad... Sigan así... que así les va...
Jorge escribió
04/12/2013 08:43 Se me olvidó añadir que a todos los que han tenido responsabilidad en la ruina de RTVV deberían pagar por ello......y me alegro por los que tienen la suerte de que en su casa se habla valenciano y se lo han enseñado, que no lo pierdan, pero de paso que estudien inglés, que les será más útil en el futuro.....
Boro Inot de las Marismas escribió
03/12/2013 17:31 Sí ya, tipo depuradora de Pinedo, primero pagas varias veces el valor del servicio, despilfarran tu dinero o directamente se lo llevan a casa, dejan una deuda enorme que también pagaremos... y ahora si quieres el servicio paga una tasa. ¿Y los responsables? ¿no pagan nada?. ¡Que no, que Canal 9 ya lo tengo pagado! El que había y siete más.
quevienequeviene escribió
03/12/2013 15:49 Canal 9 tenía una audiencia del 4,3% cuando era gratis. Si se pasase a un modelo de pago no pasaba del 0,43%. Por algo la han cerrado, coño. Los periodistas están aullando como vírgenes ultrajadas, pero en los foros en Internet se ve muchísima gente a favor del cierre de una institución ruinosa como Canal 9. Llevamos años diciendo a los políticos que recorten sus maquinarias de poder. Ahora que renuncian a una de las más costosas, la tele pública, no podemos más que celebrarlo. ¿Qué pensaban, que iba a ser fácil? ¿Qué no iban a salir los paniaguados a defender su elevada misión?
Mónica escribió
03/12/2013 14:22 Pues mira,Jorge, seguro tú serás de los que prefiere ver TV·, pero yo, como valenciana estaria dispuesta a pagarla.Nada me importaria.
Jean escribió
03/12/2013 12:30 "La mayoría de los valencianos no lo hablamos". Deu parlar un de la capital, perquè com vages als pobles, és parla sobradament. I si busques xifres a la wikipedia, ho voràs més clarament encara. Ai la Todología, què atrevida és.
vicent soler escribió
03/12/2013 11:06 La misma pregunta se puede hacer con TVE ¿porqué no se hace? Soy del 52% de valencianos que utiliza el valenciano como su lengua habitual (según las últimas encuestas al respecto, aunque en las ciudades de Valencia y Alacant no lo parezca) y del 90% que la entiende y como tal reclamo una radio televisión en lengua propia. Una RTVV que ayude además -entre otros cometidos, como la información de proximidad- a que los valencianos que aún no la han hecho suya lo puedan hacer.
Jose Fco. Soriano escribió
03/12/2013 10:52 Es curioso que siempre se citen en temas conflictivos otros referentes sin pensar el mal que se hace con esa comparación, pues o se es muy lerdo y no se tiene en cuenta otros aspectos que tienen gran influencia, como si con tres veces el salario minimo es influyente el precio que se paga por ese canon de televisión o si en esos países existe el nivel de corrupción que hay en España o si los políticos de dichos países tiene la misma aceptación (yo diría oposición del pueblo) que en España, porque la otra conclusión es que lo que buscan es calentar al pueblo o bien lo consideran tan lerdo como el que hace esas comparaciones
lluis escribió
03/12/2013 10:32 veient el comentari del senyor jorge, m´adone que malalta está la societat valenciana...
Saoro escribió
03/12/2013 09:59 Es evidente que la sociedad Valenciana en su conjunto está a favor de una televisión pública en valenciano. Excepto las pocas personas que no han tenido la suerte cultural de aprender nuestra lengua y que presumen de ello (no hay más ignorante que el que quiere serlo) existe un convencimiento de que sin un medio que aglutine a todos los territorios de la comunidad, ésta no tiene sentido. Ahora bien, hay que preguntarse qué televisión queremos. La televisión que durante años ha secuestrado el PP desde luego no (así lo aseguran sus índices de audiencia). RTVV SAU iba a costar el año que viene 15 euros al año por ciudadano, unos 1,2 euros al mes. Por una televisión libre YO ESTOY DISPUESTO A PAGAR
Jordi escribió
03/12/2013 09:22 Es que con comentarios como el de Jorge no vamos a llegar a ningun sitio. "La chorrada de la lengua". Yo por ejemplo no soy valenciano, pero mis hijos si que han nacido aquí, y todos lo hablan. Y estoy muy orgulloso que lo hablen. ¿Menyfotisme?, asi nos luce el pelo...
Jorge escribió
03/12/2013 08:54 Me parece muy acertada la comparación con la tasa de basuras. Lo único es que la basura es obligatoria para cada hogar, y la televisión no debería. El que quiera RTVV que se compre un codificador y pague todos los meses, yo como valenciano, paso de pagar por un canal tan malo. Y que no me vengan con la chorrada de la lengua, que la gran mayoría de los valencianos no lo hablamos y ya tenemos bastante con aguantar que nuestros hijos estudien más horas de valenciano que de inglés o matemáticas en el colegio.